El objetivo de este artículo es analizar algunas de las más importantes características del ejército colonial chileno en las últimas décadas del siglo XVIII y principios del XIX. Haciendo hincapié en las repercusiones de la denominada "carrera imperial" en una colonia periférica como la chilena, se llega a la conclusión de que muchas decisiones tomadas por gobernadores y militares locales fueron influenciadas -aunque no moldeadas- por los principales acontecimientos bélicos de las décadas 1780-1800. Por otro lado, se enfatizan las consecuencias inesperadas en Chile de la crisis económica derivada de la participación del Imperio español en las guerras internacionales de fines del siglo XVIII, entre las cuales sobresale la incapacidad de la metrópoli para continuar enviando refuerzos militares y económicos a las zonas americanas más distantes del centro metropolitano. Esto produjo que la defensa de colonias como Chile pasara a manos de personas nacidas en América (criollos de "sangre") o, al menos, a manos de individuos cuya relación con el Nuevo Mundo era de larga data (criollos de "vida"). La "criollización" del ejército chileno derivó en un incipiente autonomismo defensivo, lo cual vino a potenciar la autonomía administrativa conseguida por los colonos locales mediante la creación de intendencias y de instituciones comerciales como el Consulado.
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El objetivo de este artículo es analizar algunas de las más importantes características del ejército colonial chileno en las últimas décadas del siglo XVIII y principios del XIX. Haciendo hincapié en las repercusiones de la denominada "carrera imperial" en una colonia periférica como la chilena, se llega a la conclusión de que muchas decisiones tomadas por gobernadores y militares locales fueron influenciadas -aunque no moldeadas- por los principales acontecimientos bélicos de las décadas 1780-1800. Por otro lado, se enfatizan las consecuencias inesperadas en Chile de la crisis económica derivada de la participación del Imperio español en las guerras internacionales de fines del siglo XVIII, entre las cuales sobresale la incapacidad de la metrópoli para continuar enviando refuerzos militares y económicos a las zonas americanas más distantes del centro metropolitano. Esto produjo que la defensa de colonias como Chile pasara a manos de personas nacidas en América (criollos de "sangre") o, al menos, a manos de individuos cuya relación con el Nuevo Mundo era de larga data (criollos de "vida"). La "criollización" del ejército chileno derivó en un incipiente autonomismo defensivo, lo cual vino a potenciar la autonomía administrativa conseguida por los colonos locales mediante la creación de intendencias y de instituciones comerciales como el Consulado.