es una certera incursión contra el preciosismo y excesos de un modernismo ya en decadencia, proveniente de un escritor cuya poesía es la historia de la ascensión hacia mayor serenidad y a la vez mayor sinceridad.
una nota que escribe González Martínez a propósito de la recepción que tuvo el poema en su época.
Explicación:
Este soneto de don Enrique González Martínez, Tuércele el cuello al cisne, escrito en Mocorito, Sinaloa, fue el que marcó la primera voz disidente en el modernismo iberoamericano capitaneado por Rubén Darío. El movimiento había cundido para bien y para mal en todo el continente de la lengua española, la cauda de imitadores no tenían ni la gracia ni el talento del príncipe poeta de León, Nicaragua, de modo que sus ornamentadas atmósferas barrocas, en manos inexpertas, atiborraban de desmesura y miel entre las composiciones de sus seguidores trasnochados. La confrontación directa de Enrique González Martínez al discurso estetizante del modernismo tardío preparó de algún modo las nuevas vertientes de la poesía pura americana y su derivación vanguardista. La generación siguiente de poetas mexicanos dialogó con mayor facilidad en el flujo de la poesía mundial. Reproducimos aquí además del famoso poema, una nota del autor aparecida en el volumen Misterio de una vocación, la cual refiere la recepción que tuvo este poema en el ambiente de principios de siglo XX en México
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es una certera incursión contra el preciosismo y excesos de un modernismo ya en decadencia, proveniente de un escritor cuya poesía es la historia de la ascensión hacia mayor serenidad y a la vez mayor sinceridad.
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espero haberte ayudado
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una nota que escribe González Martínez a propósito de la recepción que tuvo el poema en su época.
Explicación:
Este soneto de don Enrique González Martínez, Tuércele el cuello al cisne, escrito en Mocorito, Sinaloa, fue el que marcó la primera voz disidente en el modernismo iberoamericano capitaneado por Rubén Darío. El movimiento había cundido para bien y para mal en todo el continente de la lengua española, la cauda de imitadores no tenían ni la gracia ni el talento del príncipe poeta de León, Nicaragua, de modo que sus ornamentadas atmósferas barrocas, en manos inexpertas, atiborraban de desmesura y miel entre las composiciones de sus seguidores trasnochados. La confrontación directa de Enrique González Martínez al discurso estetizante del modernismo tardío preparó de algún modo las nuevas vertientes de la poesía pura americana y su derivación vanguardista. La generación siguiente de poetas mexicanos dialogó con mayor facilidad en el flujo de la poesía mundial. Reproducimos aquí además del famoso poema, una nota del autor aparecida en el volumen Misterio de una vocación, la cual refiere la recepción que tuvo este poema en el ambiente de principios de siglo XX en México