Los caminos del México del siglo XIX eran desastrosos: llenos de agujeros, disparejos, fangosos y encharcados en épocas de lluvia. No era raro que los transportes se quedaran atrapados en una zanja, y, entonces, hasta los pasajeros varones se veían obligados a bajarse para ayudar a empujar y desenterrar el vehículo.
Respuesta:
Los caminos del México del siglo XIX eran desastrosos: llenos de agujeros, disparejos, fangosos y encharcados en épocas de lluvia. No era raro que los transportes se quedaran atrapados en una zanja, y, entonces, hasta los pasajeros varones se veían obligados a bajarse para ayudar a empujar y desenterrar el vehículo.
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