La globalización, como fenómeno sociopolítico, en el que se integran las realidades comunes y se construye un ámbito de acciones concertadas para la resolución de los problemas elementales del mundo, a través del intercambio de experiencias y de la liberación de las fronteras para la consolidación de un sistema unificado, transforma radicalmente la concepción tradicional de Estado nacional.
El mundo comienza a percibirse como un Estado multicultural, plural, abierto, dispuesto al libre tránsito de conocimientos, personas, mercancías, bienes tangibles e intangibles y ello modifica sustancialmente la noción de autodeterminación, toda vez que los objetivos ya no pueden ser aislados, sino concertados con la comunidad internacional.
La globalización, como fenómeno sociopolítico, en el que se integran las realidades comunes y se construye un ámbito de acciones concertadas para la resolución de los problemas elementales del mundo, a través del intercambio de experiencias y de la liberación de las fronteras para la consolidación de un sistema unificado, transforma radicalmente la concepción tradicional de Estado nacional.
El mundo comienza a percibirse como un Estado multicultural, plural, abierto, dispuesto al libre tránsito de conocimientos, personas, mercancías, bienes tangibles e intangibles y ello modifica sustancialmente la noción de autodeterminación, toda vez que los objetivos ya no pueden ser aislados, sino concertados con la comunidad internacional.