Por fin el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el 22 de agosto de 2013 la minuta que el Senado había enviado a los diputados en diciembre del año pasado. Sin embargo, hicieron algunas modificaciones que no pueden ser aplaudidas. El dictamen modificado regresó al Senado, ahora analicémoslo por partes.
La Minuta del Senado es testimonio ejemplar de un proceso deliberativo, democrático y transparente, que contrasta con lo que se cocinó en la Cámara de Diputados donde casi todo se negoció «en lo oscurito».
En primera estancia no se esperaba que los diputados objetaran la minuta que el Senado aprobó por unanimidad.
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Por fin el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el 22 de agosto de 2013 la minuta que el Senado había enviado a los diputados en diciembre del año pasado. Sin embargo, hicieron algunas modificaciones que no pueden ser aplaudidas. El dictamen modificado regresó al Senado, ahora analicémoslo por partes.
La Minuta del Senado es testimonio ejemplar de un proceso deliberativo, democrático y transparente, que contrasta con lo que se cocinó en la Cámara de Diputados donde casi todo se negoció «en lo oscurito».
En primera estancia no se esperaba que los diputados objetaran la minuta que el Senado aprobó por unanimidad.