Respuesta:que quien esto escribe, no es economista, sino que ha dedicado su vida académica al
estudio de los temas y problemas psicosociales y, desde los últimos 15 años, ha puesto un
mayor esfuerzo en los de tipo psicopolítico.
Por lo tanto, el énfasis de esta nota estará puesto en las consecuencias que producen en las
personas la remanida cuestión del pago de la
“deuda externa” por parte de los países que
pueden ser calificados como de “empobrecidos”, precisamente por cumplir con tal obligación que termina por afectar de modo directo
las economías domésticas y con ello trae aparejados serios problemas y hasta incluso graves trastornos psicológicos y psicosomáticos
a los sujetos que se ven afectados por tal situación.
1. La deuda pública
El total de la deuda pública de todos los
países -desarrollados y no desarrollados- se
estimaba para fines del 2000 en unos 45 billones de dólares, de los que, algo menos del 5%
-alrededor de 2,1 billones- correspondía a los
países “emergentes”. El valor ínfimo que representa en la masa total de endeudamiento lo
que corresponde a los “empobrecidos”, justo
sostener que si los acreedores de la centralidad
condonaran las deudas públicas de aquellos su
cartera de mora se vería perjudicada en algo
menos del 4% del total de lo que le adeudan.
Tal cifra -mínima en relación al total de los títulos de la deuda que poseen tanto entidades
bancarias, organismos transnacionales y particulares- permitiría a los países “empobrecidos” -por lo que significa el pago de su deuda
externa- mejorar sus sistemas sanitarios, de
vivienda, educación y, fundamentalmente, la
posibilidad de generar ocupación, ya que el
dinero en cuestión liberaría fondos para la
concreción de obras de infraestructura con lo
que se facilitaría el rápido desarrollo y crecimiento económico, social y político de los
mismos.
Tratar las deudas públicas no es problema menor a ser enfocado por la Psicología
Económica, ya que ponen en juego la estabilidad emocional, intelectual y social de las personas. Cuando se trata de deudas de orden privado, cuyo monto supera las posibilidades patrimoniales del deudor, nos encontramos ante
la simultánea inestabilidad individual y/o familiar del deudor y del acreedor. El primero
Respuesta:que quien esto escribe, no es economista, sino que ha dedicado su vida académica al
estudio de los temas y problemas psicosociales y, desde los últimos 15 años, ha puesto un
mayor esfuerzo en los de tipo psicopolítico.
Por lo tanto, el énfasis de esta nota estará puesto en las consecuencias que producen en las
personas la remanida cuestión del pago de la
“deuda externa” por parte de los países que
pueden ser calificados como de “empobrecidos”, precisamente por cumplir con tal obligación que termina por afectar de modo directo
las economías domésticas y con ello trae aparejados serios problemas y hasta incluso graves trastornos psicológicos y psicosomáticos
a los sujetos que se ven afectados por tal situación.
1. La deuda pública
El total de la deuda pública de todos los
países -desarrollados y no desarrollados- se
estimaba para fines del 2000 en unos 45 billones de dólares, de los que, algo menos del 5%
-alrededor de 2,1 billones- correspondía a los
países “emergentes”. El valor ínfimo que representa en la masa total de endeudamiento lo
que corresponde a los “empobrecidos”, justo
sostener que si los acreedores de la centralidad
condonaran las deudas públicas de aquellos su
cartera de mora se vería perjudicada en algo
menos del 4% del total de lo que le adeudan.
Tal cifra -mínima en relación al total de los títulos de la deuda que poseen tanto entidades
bancarias, organismos transnacionales y particulares- permitiría a los países “empobrecidos” -por lo que significa el pago de su deuda
externa- mejorar sus sistemas sanitarios, de
vivienda, educación y, fundamentalmente, la
posibilidad de generar ocupación, ya que el
dinero en cuestión liberaría fondos para la
concreción de obras de infraestructura con lo
que se facilitaría el rápido desarrollo y crecimiento económico, social y político de los
mismos.
Tratar las deudas públicas no es problema menor a ser enfocado por la Psicología
Económica, ya que ponen en juego la estabilidad emocional, intelectual y social de las personas. Cuando se trata de deudas de orden privado, cuyo monto supera las posibilidades patrimoniales del deudor, nos encontramos ante
la simultánea inestabilidad individual y/o familiar del deudor y del acreedor. El primero
porque sabe que corre el riesgo de perder lo
poco que posee por embargos judiciales;
mientras que en el segundo tal inestabilidad
-que trae angustia, ansiedad y hasta temor que
puede generar crisis de pánico- es el resultado
de conocer que corre el mismo riesgo que el
primero de perder lo que prestó. En realidad,
c
Explicación:
Respuesta:
:)
Explicación:
aumentando los impuestos