castrogalvisenilson
La Peste Negra fue una devastadora pandemia que asoló Europa en el siglo XIV y que, se estima, mató cerca de un tercio de la población del continente. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue un brote de peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha extendido en forma de pandemia varias veces a lo largo de la historia. La peste es causada por la bacteria Yersinia pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra (Rattus rattus), que hoy conocemos como rata de campo.
La mayor epidemia del siglo XIV comenzó quizá en algún lugar del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste fue traída a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Kaffa (actual Teodosia) fue asediada por los mongoles. La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos).Esta enfermedad infecto-contagiosa, se manifestaba de distintas maneras: bubónica (infección a través de la pulga o rata, inflamación de ganglios), neumónica (contagio a través del aire infectado, de una persona a otra) y septicémica (la bacteria se multiplica en la sangre infectando todo el organismo). Los síntomas típicos eran la fiebre, náuseas, sed y cansancio. Sobre las causas de la peste se especuló mucho, con escasos resultados. Algunos creían que se debía a una corriente de aire procedente del suelo, y señalaban que recientes temblores habían liberado vapores insalubres desde las profundidades. Con el fin de ahuyentar estos aires nocivos, se comenzaron a usar remedios populares como ramilletes de aromas y vapor de especias en los interiores. Durante el siglo XIV, la medicina se contentaba con la doctrina antigua clásica, deformada por una dialéctica teórica y poco experimental. Nadie osaba, salvo en Italia y España, recurrir de manera abierta a la ciencia judía y árabe. Por el contrario, para explicar la peste, se prefirió invocar a la conjunción de los astros y la mala reputación de Marte. Los remedios a los que se recurrían los médicos eran contraindicados, como el evitar toda corriente de aire. Por su lado, la Iglesia y los moralistas creyeron que la Peste Negra era una manifestación de la ira de Dios por los pecados del hombre, por lo que reclamaron una renovación moral de la sociedad. Pequeñas peregrinaciones de hombres con el torso desnudo desfilaban futigándose con látigos sus espaldas en señal de arrepentimiento. Además de estos flagelantes, los temores de la época quedaron plasmados en las representaciones de la Danza de la Muerte, en las que un esqueleto que representaba la muerte azarosa se llevaba danzando a jóvenes y adultos, ricos y pobres, a todos sin distinciones sociales o religiosas. Lo cierto es que la mortalidad provocada por la Peste Negra de 1348, calculada en unos 25 millones de personas, se agravó con dos nuevas epidemias en 1360 y 1371, que dificultaron la recuperación demográfica del continente.
La mayor epidemia del siglo XIV comenzó quizá en algún lugar del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste fue traída a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Kaffa (actual Teodosia) fue asediada por los mongoles. La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos).Esta enfermedad infecto-contagiosa, se manifestaba de distintas maneras:
bubónica (infección a través de la pulga o rata, inflamación de ganglios),
neumónica (contagio a través del aire infectado, de una persona a otra) y
septicémica (la bacteria se multiplica en la sangre infectando todo el
organismo). Los síntomas típicos eran la fiebre, náuseas, sed y cansancio.
Sobre las causas de la peste se especuló mucho, con escasos resultados. Algunos
creían que se debía a una corriente de aire procedente del suelo, y señalaban
que recientes temblores habían liberado vapores insalubres desde las
profundidades. Con el fin de ahuyentar estos aires nocivos, se comenzaron a usar
remedios populares como ramilletes de aromas y vapor de especias en los
interiores.
Durante el siglo XIV, la medicina se contentaba con la doctrina antigua clásica,
deformada por una dialéctica teórica y poco experimental. Nadie osaba, salvo en
Italia y España, recurrir de manera abierta a la ciencia judía y árabe. Por el
contrario, para explicar la peste, se prefirió invocar a la conjunción de los
astros y la mala reputación de Marte. Los remedios a los que se recurrían los
médicos eran contraindicados, como el evitar toda corriente de aire.
Por su lado, la Iglesia y los moralistas creyeron que la Peste Negra era una
manifestación de la ira de Dios por los pecados del hombre, por lo que
reclamaron una renovación moral de la sociedad. Pequeñas peregrinaciones de
hombres con el torso desnudo desfilaban futigándose con látigos sus espaldas en
señal de arrepentimiento. Además de estos flagelantes, los temores de la época
quedaron plasmados en las representaciones de la Danza de la Muerte, en las que
un esqueleto que representaba la muerte azarosa se llevaba danzando a jóvenes y
adultos, ricos y pobres, a todos sin distinciones sociales o religiosas.
Lo cierto es que la mortalidad provocada por la Peste Negra de 1348, calculada
en unos 25 millones de personas, se agravó con dos nuevas epidemias en 1360 y
1371, que dificultaron la recuperación demográfica del continente.