¿que formas de dominio ejerció estados unidos en nicaragua?
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Centroamérica es la única región de la Tierra con una posición, a la vez, intercontinental e interoceánica (Hall, 1985: 5). En lo esencial, su importancia no está dada por sus recursos productivos, sino por su istmicidad y por su situación geográfica, que la convierten en un área de dominio mundial. El interés de Estados Unidos por la región lo determina lo vital que ella resulta para la circulación interna y externa de sus mercancías, y por la vecindad que la misma tiene con su territorio. Se asume, así, que ella es parte del poder de esa gran potencia a escala internacional (Granados, 1985: 76-77). Además de su colocación entre los océanos Atlántico y Pacífico, Nicaragua posee otra ventaja: la que le proporciona la existencia de una comunicación natural entre el Lago de Nicaragua (Cocibolca) y el Río San Juan. Gracias a ello, posee un gran potencial canalero del que se habían querido apoderar, inicialmente, potencias coloniales y, luego, potencias capitalistas; hasta que Estados Unidos, en 1914, a través del Tratado Chamorro-Bryan, se apoderó de él para asegurar la defensa del canal de Panamá. Para obtenerlo, debió antes librarse del régimen burgués nacionalista que encabezaron, consecutivamente, José Santos Zelaya y José Madriz. Contra ellos se aplicó la “diplomacia del dólar”. Esta política, inaugurada en 1909 por William H. Taft, se caracterizaba por la pretensión declarada de desplazar de la región centroamericana y caribeña la presencia de potencias como Gran Bretaña, Alemania, Holanda Francia e Italia, que habían sido, hasta entonces, los países que, habitualmente, habían provisto de préstamos a las repúblicas de esas partes de América, a las cuales Estados Unidos estimaba su Mediterráneo (Selser, 1984: 129). Sabemos que el pretexto de Philander Knox, Secretario de Estado estadounidense, para declararle la guerra al Zelayismo fue el fusilamiento de los estadounidenses Cannon y Grose. En diciembre de 1909, escribió la insolente nota que lleva su nombre. De su contenido lo más importante era esta amenaza: “Desde todo punto de vista es evidente que ha llegado a ser difícil para los Estados Unidos retardar más una actitud decidida” (Quijano, 1987: 191-193). No está de más oponer a este planteo de Knox, este otro que hace Rosendo Argüello (h): “Por detestable que fuera Zelaya, no incumbía a Estados Unidos mezclarse en nuestros negocios internos” (Argüello, 1982: 92). Caída del régimen liberal La historia de la caída del régimen liberal es, en resumidas cuentas, la que sigue: Tras la amenazante Nota Knox, Zelaya renunció y se marchó al exilio. El Congreso nicaragüense eligió, en su lugar, al Dr. José Madriz. Pero Estados Unidos siguió apoyando a Juan José Estrada, líder del levantamiento de 1909, ahora contra Madriz. Este nuevo mandatario protestó ante Taft, pero la intervención imperialista contra el país siguió su curso. Estados Unidos insistió en que fuera permitido el paso de sus barcos con el fin de suministrar armas y municiones a los rebeldes. Además, imponiendo un bloqueo al gobierno legal, insistió en que los derechos de aduanas les fueran pagados a los mismos. Pese a todo, las tropas de Madriz derrotaron a las fuerzas conservadoras, a las que obligaron a refugiarse en Bluefields.
Además de su colocación entre los océanos Atlántico y Pacífico, Nicaragua posee otra ventaja: la que le proporciona la existencia de una comunicación natural entre el Lago de Nicaragua (Cocibolca) y el Río San Juan. Gracias a ello, posee un gran potencial canalero del que se habían querido apoderar, inicialmente, potencias coloniales y, luego, potencias capitalistas; hasta que Estados Unidos, en 1914, a través del Tratado Chamorro-Bryan, se apoderó de él para asegurar la defensa del canal de Panamá. Para obtenerlo, debió antes librarse del régimen burgués nacionalista que encabezaron, consecutivamente, José Santos Zelaya y José Madriz. Contra ellos se aplicó la “diplomacia del dólar”.
Esta política, inaugurada en 1909 por William H. Taft, se caracterizaba por la pretensión declarada de desplazar de la región centroamericana y caribeña la presencia de potencias como Gran Bretaña, Alemania, Holanda Francia e Italia, que habían sido, hasta entonces, los países que, habitualmente, habían provisto de préstamos a las repúblicas de esas partes de América, a las cuales Estados Unidos estimaba su Mediterráneo (Selser, 1984: 129). Sabemos que el pretexto de Philander Knox, Secretario de Estado estadounidense, para declararle la guerra al Zelayismo fue el fusilamiento de los estadounidenses Cannon y Grose. En diciembre de 1909, escribió la insolente nota que lleva su nombre. De su contenido lo más importante era esta amenaza:
“Desde todo punto de vista es evidente que ha llegado a ser difícil para los Estados Unidos retardar más una actitud decidida” (Quijano, 1987: 191-193).
No está de más oponer a este planteo de Knox, este otro que hace Rosendo Argüello (h): “Por detestable que fuera Zelaya, no incumbía a Estados Unidos mezclarse en nuestros negocios internos” (Argüello, 1982: 92).
Caída del régimen liberal
La historia de la caída del régimen liberal es, en resumidas cuentas, la que sigue:
Tras la amenazante Nota Knox, Zelaya renunció y se marchó al exilio. El Congreso nicaragüense eligió, en su lugar, al Dr. José Madriz. Pero Estados Unidos siguió apoyando a Juan José Estrada, líder del levantamiento de 1909, ahora contra Madriz. Este nuevo mandatario protestó ante Taft, pero la intervención imperialista contra el país siguió su curso. Estados Unidos insistió en que fuera permitido el paso de sus barcos con el fin de suministrar armas y municiones a los rebeldes. Además, imponiendo un bloqueo al gobierno legal, insistió en que los derechos de aduanas les fueran pagados a los mismos. Pese a todo, las tropas de Madriz derrotaron a las fuerzas conservadoras, a las que obligaron a refugiarse en Bluefields.