El primer cómputo de la órbita de un cometa fue hecho por Halley, como se mencionó arriba. Desde entonces, las órbitas de muchos cientos de cometas han sido determinadas. Casi todas entran en dos tipos; órbitas periódicas, que tienen forma de elipses muy excéntricas, y órbitas parabólicas.
Se piensa que todos los cometas se originan en una región lejos del Sol, donde hay un reservorio de material sobrante de la formación del Sistema Solar. Esta región es la llamada Nube de Oort, y en ella se cree que hay muchas pequeñas acumulaciones de materia destinada a la formación de planetas, pero que, debido a su gran distancia del Sol, nunca se agregaron en un planeta, ni fueron dispersadas por la radiación Solar.
Pequeñas perturbaciones en los muy lentos movimientos de estos cuerpos, causarían que uno de ellos inicie su largo y lento viaje hacia el Sistema Solar interior, bajo la atracción gravitacional del Sol.
La órbita de tal cuerpo, sería una parábola con el Sol como foco.
Al acercarse el cometa al Sol, su velocidad aumenta, alcanzando un máximo en su punto más cercano, en donde comienza su viaje de regreso hacia las regiones exteriores del Sistema Solar, para nunca más ser visto de nuevo.
Algunas veces, durante su viaje a través del Sistema Solar interior, un cometa puede pasar cerca de uno de los planetas mayores. Si este encuentro es cercano, entonces la atracción gravitacional del planeta cambiará dramáticamente la órbita del cometa, y puede cambiar la órbita parabólica, en una elíptica, cerrada.
El cometa entonces se convierte en un cometa periódico, con un período definitivo para su regreso a las cercanías del Sol. El cometa Halley es el ejemplo más conocido de tales cometas.
El primer cómputo de la órbita de un cometa fue hecho por Halley, como se mencionó arriba. Desde entonces, las órbitas de muchos cientos de cometas han sido determinadas. Casi todas entran en dos tipos; órbitas periódicas, que tienen forma de elipses muy excéntricas, y órbitas parabólicas.
Se piensa que todos los cometas se originan en una región lejos del Sol, donde hay un reservorio de material sobrante de la formación del Sistema Solar. Esta región es la llamada Nube de Oort, y en ella se cree que hay muchas pequeñas acumulaciones de materia destinada a la formación de planetas, pero que, debido a su gran distancia del Sol, nunca se agregaron en un planeta, ni fueron dispersadas por la radiación Solar.
Pequeñas perturbaciones en los muy lentos movimientos de estos cuerpos, causarían que uno de ellos inicie su largo y lento viaje hacia el Sistema Solar interior, bajo la atracción gravitacional del Sol.
La órbita de tal cuerpo, sería una parábola con el Sol como foco.
Al acercarse el cometa al Sol, su velocidad aumenta, alcanzando un máximo en su punto más cercano, en donde comienza su viaje de regreso hacia las regiones exteriores del Sistema Solar, para nunca más ser visto de nuevo.
Algunas veces, durante su viaje a través del Sistema Solar interior, un cometa puede pasar cerca de uno de los planetas mayores. Si este encuentro es cercano, entonces la atracción gravitacional del planeta cambiará dramáticamente la órbita del cometa, y puede cambiar la órbita parabólica, en una elíptica, cerrada.
El cometa entonces se convierte en un cometa periódico, con un período definitivo para su regreso a las cercanías del Sol. El cometa Halley es el ejemplo más conocido de tales cometas.