Respuesta:China e India: dos grandes potencias rivales en el orden
Resumen:
El propósito de este artículo es explicar, en primer lugar, los recursos de poder que han dado origen a China e India como potencias globales en el mundo contemporáneo. Ambos Estados tienen convergencias y posturas similares en materia de política, tanto exterior como doméstica. Sin embargo, la rivalidad y la competencia entre China e India se evidencian en tres ámbitos: 1) la escalada de la disputa fronteriza entre China e India; 2) la desconfianza de la política china hacia Asia del Sur por parte de la India. En el centro de dicha desconfianza está el afianzamiento de la alianza estratégica entre China y Pakistán, a la cual también está asociada la rivalidad entre China y la India por el control del Océano Índico; 3) la iniciativa de la nueva ruta de seda china o BRI (Belt and Road Initiative), por sus siglas en inglés, se constituye en un motivo de zozobra creciente entre China e India. Estos factores generan profundas tensiones para estas dos grandes potencias en el orden orden global y regional.
China e India se erigen como dos grandes potencias del siglo XXI, caracterizadas por tener economías estables y en crecimiento, converger en perspectivas afines en los escenarios internacionales de primer orden, en proyectos bancarios, políticas de ciencia, tecnología e innovación, además de establecer alianzas estratégicas en el ámbito de la seguridad. No obstante, el resurgimiento de China como potencia en el orden mundial le ha implicado sostener una relación con India que denota una gran rivalidad: para la maximización del poder chino en la región, India es un actor que representa un obstáculo frente a las pretensiones de hacer realidad los megaproyectos chinos y fortalecer las alianzas y las relaciones de vecindad, lo cual es correspondido con iniciativas del gobierno indio, que confrontan los planes de China y compiten con ellos. El presente artículo se enfoca en las tensiones entre China e India, las cuales evidencian la rivalidad existente entre las dos grandes potencias en el orden global y regional.
A esta sociedad aglutinada a partir del hinduismo se le adjudica haber sido el primer gran taller textil del planeta cuando en el siglo XVIII, bajo el dominio británico, exportaba el 60% de las manufacturas del mundo, donde el algodón, las muselinas y los percales eran productos muy solicitados por ser considerados de lujo en Europa (Darwin, 2012, p. 217). Sin embargo, a diferencia de China, India tenía unas muy limitadas posibilidades de establecer una economía integrada, dada la carencia de vías fluviales que fueran navegables y una constante inestabilidad del poder político (Hall e Ikenberry, 2007). Igualmente, la difusión de los conocimientos técnicos, aspecto fundamental del desarrollo tecnológico, era limitada por las barreras instauradas por el sistema de castas (Darwin, 2012, p. 217). No obstante dichas barreras, aún presentes en la actualidad, India es la economía de más rápido crecimiento en el mundo entre las economías de gran tamaño (PwC, 2019), con la población en edad productiva más grande del mundo —una media de población que frisa los 28,1 años (casi 10 años más joven que la china con 37,7 años) (Agencia Central de Inteligencia, 2019)—, que tiene vastas extensiones de tierra para la agricultura, posee grandes reservas en recursos naturales como petróleo y gas (Shamsi et al., 2014), y es un país con un alto desarrollo del sector servicios, especialmente en la industria aeroespacial, de la informática y la alta tecnología (Wouters, 2013, p. 7).
En 2015 China fue catalogada como la primera economía del mundo por paridad de poder adquisitivo, mientras India, en ese mismo año, ya ocupaba el tercer lugar en dólares ajustados por la paridad de poder de compra, según el Fondo Monetario Internacional (2015). China registró una de las tasas de crecimiento económico anuales más altas del mundo durante el período 2001-2010 (10,5% en promedio), incluso durante la crisis financiera global, no obstante, desde comienzos de 2012, el crecimiento de su economía se comenzó a desacelerar, hasta alcanzar un 7,4% en 2014 y un 6,8% en 2015 2 , en todo caso, un ritmo de crecimiento alto, más aun teniendo en cuenta el tamaño de la economía china. India, por su parte, registró una tasa de crecimiento económico superior al 7,5% del 2000 al 2010, una tasa superior al 9% del 2004 al 2007, y del 8,5% del 2004 al 2010 (Parikh, Ghosh, y Binswanger-Mkhize, 2018). La estabilidad macroeconómica y las perspectivas de crecimiento han mejorado en años más recientes. El crecimiento del PIB real indio se estima en un 7,2% en 2017-2018 y en un 7,23% en 2018-2019 (Jha, 2019), un crecimiento ubicado en un rango muy alto comparativamente con cualquier potencia del mundo industrializado. Por ende, ambas se constituyen en dos de las economías más estables y de mayor crecimiento en el mundo.
Respuesta:China e India: dos grandes potencias rivales en el orden
Resumen:
El propósito de este artículo es explicar, en primer lugar, los recursos de poder que han dado origen a China e India como potencias globales en el mundo contemporáneo. Ambos Estados tienen convergencias y posturas similares en materia de política, tanto exterior como doméstica. Sin embargo, la rivalidad y la competencia entre China e India se evidencian en tres ámbitos: 1) la escalada de la disputa fronteriza entre China e India; 2) la desconfianza de la política china hacia Asia del Sur por parte de la India. En el centro de dicha desconfianza está el afianzamiento de la alianza estratégica entre China y Pakistán, a la cual también está asociada la rivalidad entre China y la India por el control del Océano Índico; 3) la iniciativa de la nueva ruta de seda china o BRI (Belt and Road Initiative), por sus siglas en inglés, se constituye en un motivo de zozobra creciente entre China e India. Estos factores generan profundas tensiones para estas dos grandes potencias en el orden orden global y regional.
China e India se erigen como dos grandes potencias del siglo XXI, caracterizadas por tener economías estables y en crecimiento, converger en perspectivas afines en los escenarios internacionales de primer orden, en proyectos bancarios, políticas de ciencia, tecnología e innovación, además de establecer alianzas estratégicas en el ámbito de la seguridad. No obstante, el resurgimiento de China como potencia en el orden mundial le ha implicado sostener una relación con India que denota una gran rivalidad: para la maximización del poder chino en la región, India es un actor que representa un obstáculo frente a las pretensiones de hacer realidad los megaproyectos chinos y fortalecer las alianzas y las relaciones de vecindad, lo cual es correspondido con iniciativas del gobierno indio, que confrontan los planes de China y compiten con ellos. El presente artículo se enfoca en las tensiones entre China e India, las cuales evidencian la rivalidad existente entre las dos grandes potencias en el orden global y regional.
A esta sociedad aglutinada a partir del hinduismo se le adjudica haber sido el primer gran taller textil del planeta cuando en el siglo XVIII, bajo el dominio británico, exportaba el 60% de las manufacturas del mundo, donde el algodón, las muselinas y los percales eran productos muy solicitados por ser considerados de lujo en Europa (Darwin, 2012, p. 217). Sin embargo, a diferencia de China, India tenía unas muy limitadas posibilidades de establecer una economía integrada, dada la carencia de vías fluviales que fueran navegables y una constante inestabilidad del poder político (Hall e Ikenberry, 2007). Igualmente, la difusión de los conocimientos técnicos, aspecto fundamental del desarrollo tecnológico, era limitada por las barreras instauradas por el sistema de castas (Darwin, 2012, p. 217). No obstante dichas barreras, aún presentes en la actualidad, India es la economía de más rápido crecimiento en el mundo entre las economías de gran tamaño (PwC, 2019), con la población en edad productiva más grande del mundo —una media de población que frisa los 28,1 años (casi 10 años más joven que la china con 37,7 años) (Agencia Central de Inteligencia, 2019)—, que tiene vastas extensiones de tierra para la agricultura, posee grandes reservas en recursos naturales como petróleo y gas (Shamsi et al., 2014), y es un país con un alto desarrollo del sector servicios, especialmente en la industria aeroespacial, de la informática y la alta tecnología (Wouters, 2013, p. 7).
En 2015 China fue catalogada como la primera economía del mundo por paridad de poder adquisitivo, mientras India, en ese mismo año, ya ocupaba el tercer lugar en dólares ajustados por la paridad de poder de compra, según el Fondo Monetario Internacional (2015). China registró una de las tasas de crecimiento económico anuales más altas del mundo durante el período 2001-2010 (10,5% en promedio), incluso durante la crisis financiera global, no obstante, desde comienzos de 2012, el crecimiento de su economía se comenzó a desacelerar, hasta alcanzar un 7,4% en 2014 y un 6,8% en 2015 2 , en todo caso, un ritmo de crecimiento alto, más aun teniendo en cuenta el tamaño de la economía china. India, por su parte, registró una tasa de crecimiento económico superior al 7,5% del 2000 al 2010, una tasa superior al 9% del 2004 al 2007, y del 8,5% del 2004 al 2010 (Parikh, Ghosh, y Binswanger-Mkhize, 2018). La estabilidad macroeconómica y las perspectivas de crecimiento han mejorado en años más recientes. El crecimiento del PIB real indio se estima en un 7,2% en 2017-2018 y en un 7,23% en 2018-2019 (Jha, 2019), un crecimiento ubicado en un rango muy alto comparativamente con cualquier potencia del mundo industrializado. Por ende, ambas se constituyen en dos de las economías más estables y de mayor crecimiento en el mundo.