Pasar tiempo de calidad: Es vital ser parte del tiempo compartido en familia: ya sea una comida, un paseo, una película o una charla. Lo importante es que sean espacios que permitan enriquecer y profundizar los vínculos. Será un buen ejercicio comenzar a compartir al menos 30 minutos por día con algún miembro de la familia para lograr que se vuelva parte de tu rutina.
Aprender a escuchar: Comunicarse correctamente es un factor clave y un gran desafío en toda familia. Para lograrlo, es importante saber escuchar, ser participativo y aconsejar. En casos en los que se deban resolver conflictos, es clave tener una actitud cercana y positiva.
Mantener el orden: Es vital que la organización esté presente en la rutina y en las actividades familiares para lograr un equilibrio entre los momentos familiares, los personales, los laborales y los educativos. A su vez, el orden se debe trasladar a los espacios del hogar dividiendo las tareas para mantener la armonía: desde lavar los platos hasta ordenar la ropa o hacer la cama. Si todos ayudan, el trabajo será mucho más llevadero y divertido.
Celebrar logros: Gran parte de la autoestima de un integrante de la familia, depende de la manera en que sus familiares responden a sus logros, sueños y proyectos cumplidos. Por eso, es fundamental que los éxitos sean motivos de interés para el resto de los familiares y una oportunidad para celebrar juntos.
Ser colaborativo: Ante todo, es importante mantener una actitud de compañerismo a la hora de contribuir con la dinámica y la rutina familiar. Cuando un familiar precisa ayuda, es clave acompañarlo, escucharlo y aconsejarlo, para resolver el inconveniente en familia.
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Pasar tiempo de calidad: Es vital ser parte del tiempo compartido en familia: ya sea una comida, un paseo, una película o una charla. Lo importante es que sean espacios que permitan enriquecer y profundizar los vínculos. Será un buen ejercicio comenzar a compartir al menos 30 minutos por día con algún miembro de la familia para lograr que se vuelva parte de tu rutina.
Aprender a escuchar: Comunicarse correctamente es un factor clave y un gran desafío en toda familia. Para lograrlo, es importante saber escuchar, ser participativo y aconsejar. En casos en los que se deban resolver conflictos, es clave tener una actitud cercana y positiva.
Mantener el orden: Es vital que la organización esté presente en la rutina y en las actividades familiares para lograr un equilibrio entre los momentos familiares, los personales, los laborales y los educativos. A su vez, el orden se debe trasladar a los espacios del hogar dividiendo las tareas para mantener la armonía: desde lavar los platos hasta ordenar la ropa o hacer la cama. Si todos ayudan, el trabajo será mucho más llevadero y divertido.
Celebrar logros: Gran parte de la autoestima de un integrante de la familia, depende de la manera en que sus familiares responden a sus logros, sueños y proyectos cumplidos. Por eso, es fundamental que los éxitos sean motivos de interés para el resto de los familiares y una oportunidad para celebrar juntos.
Ser colaborativo: Ante todo, es importante mantener una actitud de compañerismo a la hora de contribuir con la dinámica y la rutina familiar. Cuando un familiar precisa ayuda, es clave acompañarlo, escucharlo y aconsejarlo, para resolver el inconveniente en familia.