Después de la derrota definitiva de José I Bonaparte, quien abandona Madrid el 27 de mayo de 1813, Napoleón reconoce a Fernando VII como rey de España mediante el Tratado de Valençay. El rey cautivo ya libre entra en España el 22 de marzo de 1814 por Figueras,[3] y ahora como rey efectivo, prometió restaurar las cortes tradicionales y gobernar sin despotismo. Fernando recibe el apoyo general de la población y el respaldo de 69 diputados de las Cortes, mediante el llamado Manifiesto de los Persas, que es presentado al rey el 16 de abril en Valencia, y con este apoyo, se proclama rey absoluto, decreta ilegales las Cortes de Cádiz, y toda su obra, lo mismo que todas las Juntas rebeldes surgidas en América. En los años siguientes, tras una sucesión de pronunciamientos liberales en la península ibérica, finalmente en 1820, se provoca la sublevación del ejército de Ultramar por Rafael Riego y Antonio Quiroga, que conduce a la reinstalación de las Cortes bajo el gobierno del Trienio Liberal, y la renuncia, de hecho, del esfuerzo de España contra la independencia de América. Se produce la reacción realista y la invasión de un ejército francés en 1823 que restaura a Fernando VII en el trono absoluto, hasta su muerte en 1833.
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Después de la derrota definitiva de José I Bonaparte, quien abandona Madrid el 27 de mayo de 1813, Napoleón reconoce a Fernando VII como rey de España mediante el Tratado de Valençay. El rey cautivo ya libre entra en España el 22 de marzo de 1814 por Figueras,[3] y ahora como rey efectivo, prometió restaurar las cortes tradicionales y gobernar sin despotismo. Fernando recibe el apoyo general de la población y el respaldo de 69 diputados de las Cortes, mediante el llamado Manifiesto de los Persas, que es presentado al rey el 16 de abril en Valencia, y con este apoyo, se proclama rey absoluto, decreta ilegales las Cortes de Cádiz, y toda su obra, lo mismo que todas las Juntas rebeldes surgidas en América. En los años siguientes, tras una sucesión de pronunciamientos liberales en la península ibérica, finalmente en 1820, se provoca la sublevación del ejército de Ultramar por Rafael Riego y Antonio Quiroga, que conduce a la reinstalación de las Cortes bajo el gobierno del Trienio Liberal, y la renuncia, de hecho, del esfuerzo de España contra la independencia de América. Se produce la reacción realista y la invasión de un ejército francés en 1823 que restaura a Fernando VII en el trono absoluto, hasta su muerte en 1833.