La infancia es un tiempo de grandes oportunidades, pero también de gran vulnerabilidad. Un bebé estimulado será un niño despierto, un joven alegre y un adulto con ilusión por vivir la vida y participar de la sociedad, así que es fundamental impulsar esta primera etapa de enseñanza que empieza en los propios padres y familiares.
Cantarle a un bebé mirándole a los ojos, darle masajes, enseñarle a caminar o a sentarse, a pintar o a dibujar son algunas de las técnicas que se utilizan para estimular el buen crecimiento tanto físico como psicológico de los más pequeños. Este proceso no es una terapia o método de enseñanza formal, sino un conjunto de técnicas y actividades que buscan desarrollar al máximo las capacidades físicas, sociales y emocionales de los bebés.
En este sentido, las familias y las personas cuidadoras de los niños y niñas tienen un papel muy importante. Deben ayudarles a aprender ofreciéndoles cosas nuevas e interesantes para estimular sus sentidos. Pero, sobre todo, lo más importante, deben darles afecto.
Como metáfora, podríamos decir que el afecto que necesita un niño en sus primeros años de vida equivale al cemento con el que se sostendrá y construirá una casa. Los recién nacidos y los niños de corta edad conseguirán una mayor celeridad en este aprendizaje si reciben amor, afecto y atención. Y, por descontado, aliento y estímulos mentales, así como alimentos nutritivos y una buena atención de la salud.
Respuesta:
Espero que te ayude buena tarde
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La infancia es un tiempo de grandes oportunidades, pero también de gran vulnerabilidad. Un bebé estimulado será un niño despierto, un joven alegre y un adulto con ilusión por vivir la vida y participar de la sociedad, así que es fundamental impulsar esta primera etapa de enseñanza que empieza en los propios padres y familiares.
Cantarle a un bebé mirándole a los ojos, darle masajes, enseñarle a caminar o a sentarse, a pintar o a dibujar son algunas de las técnicas que se utilizan para estimular el buen crecimiento tanto físico como psicológico de los más pequeños. Este proceso no es una terapia o método de enseñanza formal, sino un conjunto de técnicas y actividades que buscan desarrollar al máximo las capacidades físicas, sociales y emocionales de los bebés.
En este sentido, las familias y las personas cuidadoras de los niños y niñas tienen un papel muy importante. Deben ayudarles a aprender ofreciéndoles cosas nuevas e interesantes para estimular sus sentidos. Pero, sobre todo, lo más importante, deben darles afecto.
Como metáfora, podríamos decir que el afecto que necesita un niño en sus primeros años de vida equivale al cemento con el que se sostendrá y construirá una casa. Los recién nacidos y los niños de corta edad conseguirán una mayor celeridad en este aprendizaje si reciben amor, afecto y atención. Y, por descontado, aliento y estímulos mentales, así como alimentos nutritivos y una buena atención de la salud.
Explicación:
espero te ayude