En un estudio reciente, uno de los ecólogos del CREAF, Jordi Bosch, investigó el efecto de dosis bajas del fungicida propiconazol y el neonicotinode clotianidina en poblaciones de abeja de miel, abejorro y abeja silvestre; demostrando que su uso podría estar detrás de la desaparición de ciertas poblaciones de abeja.
“Los resultados muestran que, a las dosis utilizadas, los dos productos por separado no son tóxicos, pero cuando la abeja los ingiere ambos se produce una mortalidad muy significativa. De las tres especies, la más perjudicada es la abeja silvestre”
En un estudio reciente, uno de los ecólogos del CREAF, Jordi Bosch, investigó el efecto de dosis bajas del fungicida propiconazol y el neonicotinode clotianidina en poblaciones de abeja de miel, abejorro y abeja silvestre; demostrando que su uso podría estar detrás de la desaparición de ciertas poblaciones de abeja.
“Los resultados muestran que, a las dosis utilizadas, los dos productos por separado no son tóxicos, pero cuando la abeja los ingiere ambos se produce una mortalidad muy significativa. De las tres especies, la más perjudicada es la abeja silvestre”