La falta de reacción de las instituciones ante casos de violencia intrafamiliar es preocupante. Esto teniendo en cuenta que a diario vemos publicaciones de casos de violencia a través de los diferentes medios. Mujeres violentadas y niños maltratados, tristemente constituyen una constante en esta zona del país.
Esta semana un niño de 9 años denunció que su madre le propinó una brutal golpiza que lo dejó con severas marcas en la espalda. El caso ocurrió en Santa Rita, donde los vecinos del menor dijeron que ya habían advertido a las instituciones encargadas de velar por sus derechos como la Consejería de la Niñez (Codeni) y el Ministerio Público, sin embargo, estos hicieron caso omiso a las advertencias.
Lo mismo ocurre con las mujeres que sufren violencia doméstica. Se han dado cientos de casos en donde a tiempo se denuncian los maltratos ante los organismos correspondientes, pero son ignoradas. Muchas mujeres pagaron con su vida la ineptitud, incapacidad, inutilidad e indolencia de los funcionarios públicos. A pesar de esto, los casos se siguen replicando por el abandono del Estado, que debería estar buscando las causas de la violencia y combatirlas.
La violencia tiene una causa y es función del Estado investigar de dónde proviene para buscar una solución. Las frustraciones, la falta de oportunidades, la falta de trabajo y los problemas económicos también son formas de violencia del Estado indolente manejado por funcionarios corruptos, que a diario están dilapidando los recursos públicos. Son las causas sociales de la violencia, que se descarga siempre en el más débil del eslabón social.
Trabajar en su prevención es fundamental así como en castigar con todo el peso de la ley a todo aquel que recurra a este tipo de abusos. Pero a la par de la represión, como sociedad tenemos que trabajar en la prevención y buscar la solución en la raíz del problema, porque la espiral de violencia puede crecer y terminar afectando a todos los miembros de la sociedad.
La falta de reacción de las instituciones ante casos de violencia intrafamiliar es preocupante. Esto teniendo en cuenta que a diario vemos publicaciones de casos de violencia a través de los diferentes medios. Mujeres violentadas y niños maltratados, tristemente constituyen una constante en esta zona del país.
Esta semana un niño de 9 años denunció que su madre le propinó una brutal golpiza que lo dejó con severas marcas en la espalda. El caso ocurrió en Santa Rita, donde los vecinos del menor dijeron que ya habían advertido a las instituciones encargadas de velar por sus derechos como la Consejería de la Niñez (Codeni) y el Ministerio Público, sin embargo, estos hicieron caso omiso a las advertencias.
Lo mismo ocurre con las mujeres que sufren violencia doméstica. Se han dado cientos de casos en donde a tiempo se denuncian los maltratos ante los organismos correspondientes, pero son ignoradas. Muchas mujeres pagaron con su vida la ineptitud, incapacidad, inutilidad e indolencia de los funcionarios públicos. A pesar de esto, los casos se siguen replicando por el abandono del Estado, que debería estar buscando las causas de la violencia y combatirlas.
La violencia tiene una causa y es función del Estado investigar de dónde proviene para buscar una solución. Las frustraciones, la falta de oportunidades, la falta de trabajo y los problemas económicos también son formas de violencia del Estado indolente manejado por funcionarios corruptos, que a diario están dilapidando los recursos públicos. Son las causas sociales de la violencia, que se descarga siempre en el más débil del eslabón social.
Trabajar en su prevención es fundamental así como en castigar con todo el peso de la ley a todo aquel que recurra a este tipo de abusos. Pero a la par de la represión, como sociedad tenemos que trabajar en la prevención y buscar la solución en la raíz del problema, porque la espiral de violencia puede crecer y terminar afectando a todos los miembros de la sociedad.