El rol social es un concepto sociológico que hace referencia a las pautas de conducta que la sociedad impone y espera de un individuo (actor social) en una situación determinada. El rol tiene la función de separar lo que somos (identidad) de lo que representamos (rol).
Según la primera acepción del Diccionario de la lengua española, la palabra rol significa «función que alguien o algo cumple», y proviene del inglés role, papel de un actor, y este del francés rôle.1
Índice [mostrar] Definición[editar]
La teoría del Rol, también denominada función social ha sido desarrollada principalmente en Estados Unidos. Algunos de los primeros conceptos sobre ella son enunciados por William James, aunque los pensadores Charles Cooley y George Herbert Mead son sus autores directos. Esta teoría establece que toda persona que participa en una determinada situación social se enfrenta a unas expectativas específicas que exigen de ella unas respuestas concretas. Cada situación posee importantes mecanismos de presión para asegurar que estas respuestas sean apropiadas al igual que cada ámbito de la vida en sociedad presenta expectativas diferentes.
Los roles, por tanto, son creaciones sociales, la forma como se relacionan los individuos y las instituciones, que también son otra creación social. Las principales instituciones son la familia, la educación, la religión, la política (el estado) y la economía. Estas instituciones sociales poseen unas normas implícitas (unas pautas de comportamiento) que los individuos aceptan y asimilan, ya que si no siguen estas pautas, pueden ser rechazados o, incluso, expulsados del grupo.
Es, por tanto, necesario explicar la relación existente entre las normas y los roles: las normas regulan el comportamiento de los individuos y hacen referencia tanto a prescripciones como a proscripciones. Estas normas de comportamiento emanan de las instituciones y son los individuos quienes legitiman su valor moral y quienes las respetan y cumplen para evitar el rechazo del grupo y/o la exclusión. Tres tipos de comportamiento derivan de las normas:
Los roles traducen a un nivel activo las llamadas instituciones,, es decir, nos permiten entrar y salir de las diversas realidades sociales que se nos presentan en el día a día y en general en la vida. Para ello, cada individuo acepta la normativa y la aplica en cada una de estas situaciones sociales. Es decir, la asunción del rol la realizamos voluntariamente para conseguir la aceptación del grupo.
Por una parte, la existencia de roles es restrictiva debido a la necesidad de seguir un guion establecido y/o asumido por el grupo, pero a la vez es también liberadora puesto que facilita las herramientas sociales para desenvolvernos con facilidad por las diversas realidades sociales.
El rol ejercido puede coincidir o no con el comportamiento que se espera por parte del individuo. Cuando coincide se denomina rol esperado.
Rol e identidad[editar]
La asunción de un determinado rol nos permite distanciarnos de nuestra identidad y nos posibilita, asimismo, enfrentarnos a determinadas situaciones en la vida cotidiana.
Cabe indicar que, si definimos el rol como unas pautas de conducta impuestas de forma externa al individuo y relacionadas con las expectativas de otros, el concepto de rol no tendría relación con el propio individuo; sin embargo, tanto el rol como la personalidad interactúan y la forma de desempeñar un rol depende directamente de la personalidad. Para Rodríguez Caamaño (2001), «el rol está siendo definido siempre en términos de las expectativas de los otros, nunca en términos de las características del sujeto».
Peter L. Berger dice que todo rol tiene su disciplina interior. El rol forma, determina y modela tanto la acción como el actor. Normalmente nos convertimos en el rol que desempeñamos. No solo actuamos como el rol sino que nos sentimos como tal. Según George H. Mead, dado que la mayoría de los roles nos han sido asignados socialmente, esto supone que el origen del descubrimiento del propio yo es el mismo que el del descubrimiento de la sociedad. En otras palabras, la identidad no es algo determinado, sino que se confiere en actos de reconocimiento social. Esto no significa la negación de la carga genética con la que nacemos.
El rol social es un concepto sociológico que hace referencia a las pautas de conducta que la sociedad impone y espera de un individuo (actor social) en una situación determinada. El rol tiene la función de separar lo que somos (identidad) de lo que representamos (rol).
Según la primera acepción del Diccionario de la lengua española, la palabra rol significa «función que alguien o algo cumple», y proviene del inglés role, papel de un actor, y este del francés rôle.1
Índice [mostrar] Definición[editar]La teoría del Rol, también denominada función social ha sido desarrollada principalmente en Estados Unidos. Algunos de los primeros conceptos sobre ella son enunciados por William James, aunque los pensadores Charles Cooley y George Herbert Mead son sus autores directos. Esta teoría establece que toda persona que participa en una determinada situación social se enfrenta a unas expectativas específicas que exigen de ella unas respuestas concretas. Cada situación posee importantes mecanismos de presión para asegurar que estas respuestas sean apropiadas al igual que cada ámbito de la vida en sociedad presenta expectativas diferentes.
Los roles, por tanto, son creaciones sociales, la forma como se relacionan los individuos y las instituciones, que también son otra creación social. Las principales instituciones son la familia, la educación, la religión, la política (el estado) y la economía. Estas instituciones sociales poseen unas normas implícitas (unas pautas de comportamiento) que los individuos aceptan y asimilan, ya que si no siguen estas pautas, pueden ser rechazados o, incluso, expulsados del grupo.
Es, por tanto, necesario explicar la relación existente entre las normas y los roles: las normas regulan el comportamiento de los individuos y hacen referencia tanto a prescripciones como a proscripciones. Estas normas de comportamiento emanan de las instituciones y son los individuos quienes legitiman su valor moral y quienes las respetan y cumplen para evitar el rechazo del grupo y/o la exclusión. Tres tipos de comportamiento derivan de las normas:
Comportamiento exigidoComportamiento permitidoComportamiento prohibidoLos roles traducen a un nivel activo las llamadas instituciones,, es decir, nos permiten entrar y salir de las diversas realidades sociales que se nos presentan en el día a día y en general en la vida. Para ello, cada individuo acepta la normativa y la aplica en cada una de estas situaciones sociales. Es decir, la asunción del rol la realizamos voluntariamente para conseguir la aceptación del grupo.
Por una parte, la existencia de roles es restrictiva debido a la necesidad de seguir un guion establecido y/o asumido por el grupo, pero a la vez es también liberadora puesto que facilita las herramientas sociales para desenvolvernos con facilidad por las diversas realidades sociales.
El rol ejercido puede coincidir o no con el comportamiento que se espera por parte del individuo. Cuando coincide se denomina rol esperado.
Rol e identidad[editar]La asunción de un determinado rol nos permite distanciarnos de nuestra identidad y nos posibilita, asimismo, enfrentarnos a determinadas situaciones en la vida cotidiana.
Cabe indicar que, si definimos el rol como unas pautas de conducta impuestas de forma externa al individuo y relacionadas con las expectativas de otros, el concepto de rol no tendría relación con el propio individuo; sin embargo, tanto el rol como la personalidad interactúan y la forma de desempeñar un rol depende directamente de la personalidad. Para Rodríguez Caamaño (2001), «el rol está siendo definido siempre en términos de las expectativas de los otros, nunca en términos de las características del sujeto».
Peter L. Berger dice que todo rol tiene su disciplina interior. El rol forma, determina y modela tanto la acción como el actor. Normalmente nos convertimos en el rol que desempeñamos. No solo actuamos como el rol sino que nos sentimos como tal. Según George H. Mead, dado que la mayoría de los roles nos han sido asignados socialmente, esto supone que el origen del descubrimiento del propio yo es el mismo que el del descubrimiento de la sociedad. En otras palabras, la identidad no es algo determinado, sino que se confiere en actos de reconocimiento social. Esto no significa la negación de la carga genética con la que nacemos.