Por años el hombre ha soñado con obtener orgasmos sin perder su erección y poder seguir haciendo el amor. Muchos charlatanes les han vendido esta posibilidad basándose en mentiras, en pastillas milagrosas, en cremas que pueden untarse y no sentir.
Hoy la ciencia ha encontrado la respuesta, ya los hombres pueden ser multiorgásmicos como las mujeres, ¡sin pastillas, sin cremas y disfrutando! Es sencillo, sólo tienen que tener orgasmos sin eyacular. Por más descabellado que parezca, es posible.
Reconocidos científicos y sexólogos del mundo entero han trabajado sobre esta posibilidad desde diversos ángulos. Pero más allá del mito y de la fantasía, existe la posibilidad cierta de alcanzar una vida sexual más intensa en pareja, donde el hombre pueda al igual que la mujer, ser multiorgásmico. Es hora de reconocer la importancia de una vida sexual plena.
Entendiendo que el orgasmo, eyaculación y erección son procesos independientes, entonces se está en la posibilidad de comprender que el varón puede disfrutar más plenamente de su sexualidad. Por años hemos visto la eyaculación como parte del orgasmo en el hombre -siempre vienen juntos, pero no son lo mismo- son dos procesos diferentes y ésa es la base para lograr la meta.
La respuesta sexual humana tiene varias etapas por las que pasamos a la hora de hacer el amor. La primera es el deseo, que está dominado por nuestro inconsciente, no sabemos por qué deseamos o dejamos de desear una persona. Después viene la segunda etapa, la excitación. En ella ocurren cambios drásticos en nuestro cuerpo, todos conducen a lograr la preparación necesaria para hacer el amor.
Tras el acto sexual, y una vez obtenido el orgasmo se pasa a la resolución, es el momento en que todo vuelve a la normalidad, el cuerpo lentamente (más lento en la mujer que en el hombre) recobra sus niveles normales de presión arterial.
Enl hombre hay un cambio importante y es el período refractario, que no es más que el tiempo necesario de descanso entre un acto sexual y otro, esa cantidad de tiempo necesaria para lograr otra erección. Esto varía con la edad, a menor edad en el hombre, menor es el tiempo que éste necesita para lograr otra erección. A medida que envejece se hace mucho más largo el período refractario.
La técnica masculina para ser multiorgásmico tiene que guiarse en orgasmos sin eyacular. Esto es posible con una serie de ejercicios guiados, entre otras cosas, a fortalecer sus músculos pubocoxigeos. Estos son los músculos que tenemos en el área genital, y que son determinantes a la hora de hacer el amor y tener una buena respuesta sexual.
Por años el hombre ha soñado con obtener orgasmos sin perder su erección y poder seguir haciendo el amor. Muchos charlatanes les han vendido esta posibilidad basándose en mentiras, en pastillas milagrosas, en cremas que pueden untarse y no sentir.
Hoy la ciencia ha encontrado la respuesta, ya los hombres pueden ser multiorgásmicos como las mujeres, ¡sin pastillas, sin cremas y disfrutando! Es sencillo, sólo tienen que tener orgasmos sin eyacular. Por más descabellado que parezca, es posible.
Reconocidos científicos y sexólogos del mundo entero han trabajado sobre esta posibilidad desde diversos ángulos. Pero más allá del mito y de la fantasía, existe la posibilidad cierta de alcanzar una vida sexual más intensa en pareja, donde el hombre pueda al igual que la mujer, ser multiorgásmico. Es hora de reconocer la importancia de una vida sexual plena.
Entendiendo que el orgasmo, eyaculación y erección son procesos independientes, entonces se está en la posibilidad de comprender que el varón puede disfrutar más plenamente de su sexualidad. Por años hemos visto la eyaculación como parte del orgasmo en el hombre -siempre vienen juntos, pero no son lo mismo- son dos procesos diferentes y ésa es la base para lograr la meta.
La respuesta sexual humana tiene varias etapas por las que pasamos a la hora de hacer el amor. La primera es el deseo, que está dominado por nuestro inconsciente, no sabemos por qué deseamos o dejamos de desear una persona. Después viene la segunda etapa, la excitación. En ella ocurren cambios drásticos en nuestro cuerpo, todos conducen a lograr la preparación necesaria para hacer el amor.
Tras el acto sexual, y una vez obtenido el orgasmo se pasa a la resolución, es el momento en que todo vuelve a la normalidad, el cuerpo lentamente (más lento en la mujer que en el hombre) recobra sus niveles normales de presión arterial.
Enl hombre hay un cambio importante y es el período refractario, que no es más que el tiempo necesario de descanso entre un acto sexual y otro, esa cantidad de tiempo necesaria para lograr otra erección. Esto varía con la edad, a menor edad en el hombre, menor es el tiempo que éste necesita para lograr otra erección. A medida que envejece se hace mucho más largo el período refractario.
La técnica masculina para ser multiorgásmico tiene que guiarse en orgasmos sin eyacular. Esto es posible con una serie de ejercicios guiados, entre otras cosas, a fortalecer sus músculos pubocoxigeos. Estos son los músculos que tenemos en el área genital, y que son determinantes a la hora de hacer el amor y tener una buena respuesta sexual.