Se describe a José como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Con esas virtudes, ha destacado sus reacciones ante el acontecimiento de que su mujer, María, esperaba un hijo del Espíritu Santo.
José no vivía en Nazaret haciendo milagros y puliendo su halo; más bien, él vivió su santidad envuelto en la simplicidad.
«Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo» (Mt 6: 1).
José es muy elocuente; nos enseña una actitud fundamental para entrar en profunda oración: el silencio.
También el silencio de San José nos enseña la importancia de ejemplo. Debemos demostrar nuestra autenticidad por medio de palabras, y también por nuestras acciones. San José le enseñó al mundo el camino santo que vivió.
San José era un hombre de oración. Un extraordinario papel que desempeñó en la historia de la salvación; era tanto el esposo de María la Madre de Dios, así como el padre adoptivo de Jesús, el Hijo de Dios vivo.
San José en realidad enseñó a Jesús a hablar y a hacer frente a Dios como “Abba” (papá). En cierto sentido, San José Jesús enseñó a usar las palabras humanas para hablar con el Padre Celestial; esta es la oración.
Respuesta:
Se describe a José como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Con esas virtudes, ha destacado sus reacciones ante el acontecimiento de que su mujer, María, esperaba un hijo del Espíritu Santo.
José no vivía en Nazaret haciendo milagros y puliendo su halo; más bien, él vivió su santidad envuelto en la simplicidad.
«Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo» (Mt 6: 1).
José es muy elocuente; nos enseña una actitud fundamental para entrar en profunda oración: el silencio.
También el silencio de San José nos enseña la importancia de ejemplo. Debemos demostrar nuestra autenticidad por medio de palabras, y también por nuestras acciones. San José le enseñó al mundo el camino santo que vivió.
San José era un hombre de oración. Un extraordinario papel que desempeñó en la historia de la salvación; era tanto el esposo de María la Madre de Dios, así como el padre adoptivo de Jesús, el Hijo de Dios vivo.
San José en realidad enseñó a Jesús a hablar y a hacer frente a Dios como “Abba” (papá). En cierto sentido, San José Jesús enseñó a usar las palabras humanas para hablar con el Padre Celestial; esta es la oración.
Explicación:
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