La ley de pareto (o principio de pareto) es la misma regla del 80 20. Básicamente, el 20% de las causas, genera el 80% resultados.
La ley de Pareto, también conocida como la regla del 80/20, establece que, de forma general y para un amplio número de fenómenos, aproximadamente el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.
Esta regla no tiene un fundamento teórico, sino empírico. Su validez proviene del hecho de que la aproximación del 80/20 resulta ser correcta de forma empírica en una gran variedad de fenómenos tanto naturales como humanos. Sin embargo, por definición, no son cifras exactas y pueden variar. En casos concretos, la distribución puede ser, por ejemplo, del 80/30 ó del 80/10
La Ley Fundamental de Murphy es un adagio popular en la cultura occidental, que a grandes rasgos dice que «si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal». La ley fue nombrada por Edward A. Murphy, Jr., un ingeniero de desarrollo que trabajó por un breve período en experimentos con cohetes sobre rieles hechos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1949.
Esta ley es quizás el origen de múltiples corolarios y «leyes» incluyendo la Ley de conservación de la miseria.
Historia Existen diferentes teorías acerca del origen del la ley de Murphy y de los detalles de cómo fue formulada inicialmente. Desde 1947 a 1949, se desarrolló un proyecto denominado MX981 en campo Muroc (llamado más tarde Edwards Air Force Base) destinado a probar la resistencia humana a las fuerzas g durante una desaceleración rápida. Las pruebas usaban un cohete montado sobre rieles con una serie de frenos hidráulicos en un extremo.
Las pruebas iniciales usaban un muñeco humanoide, atado a una silla en el trineo, pero las pruebas siguientes fueron hechas por John Paul Stapp, capitán en ese entonces. Durante las pruebas se cuestionó la precisión de la instrumentación utilizada para medir las fuerzas G que el capitán Stapp experimentaba. Edward Murphy propuso utilizar medidores electrónicos de esfuerzo sujetos al arnés del Capitán Stapp para medir la fuerza ejercida sobre ellos por la rápida desaceleración. El asistente de Murphy cableó el arnés y se hizo una primera prueba usando un chimpancé.
Sin embargo, los sensores dieron una lectura de cero; se vio entonces que habían sido instalados incorrectamente, cada sensor cableado al revés. En este momento Murphy hizo su enunciado. Según George Nichols, otro ingeniero que estaba presente, Murphy, frustrado, le echó la culpa a su asistente, diciendo «Si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará». La versión de Nichols es que la «Ley de Murphy» salió en una conversación entre otros miembros del equipo; fue luego condensada a «Si puede ocurrir, ocurrirá» y llamada la ley de Murphy de forma socarrona por lo que Nichols percibía como arrogancia de parte de Murphy. Otros, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, niegan la versión de Nichols, y sostienen que la frase se originó por parte de Edward Murphy. De acuerdo a Robert Murphy, la frase de su padre fue algo así como «Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera».
De cualquier forma, la frase salió a la luz pública por primera vez durante una conferencia de prensa en la que a Stapp se le preguntó por qué nadie resultó con heridas de importancia durante las pruebas con el cohete. Stapp replicó que fue porque se tomó en consideración la ley de Murphy. Luego citó la ley y dijo que en general significaba que era importante considerar todas las posibilidades antes de hacer una prueba.
En 1952 se cambió la frase a «Todo lo que pueda salir mal, pasará» en un epígrafe del libro The Butcher: The Ascent of Yerupaja de John Sack; posiblemente el primer uso impreso del nombre de Murphy en relación con la ley está en el libro de 1955 de Lloyd Mallan Men, Rockets and Space Rats. Otra version dice:Irónicamente, la frase con la que se suele citar esta ley ("Lo que pueda salir mal, saldrá mal"), nunca fue pronunciada por Edward Murphy. En realidad es la Ley de Finagle de los Negativos Dinámicos. Esta frase fue popularizada por el escritor de ciencia ficción Larry Niven en varias historias sobre mineros de asteroides, que tenían una religión y cultura que incluía el miedo y la adoración del dios Finagle y su "profeta demente" Murphy. Esto demuestra que la Ley de Murphy puede aplicarse también a la misma Ley de Murphy.
La ley de pareto (o principio de pareto) es la misma regla del 80 20. Básicamente, el 20% de las causas, genera el 80% resultados.
La ley de Pareto, también conocida como la regla del 80/20, establece que, de forma general y para un amplio número de fenómenos, aproximadamente el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.
Esta regla no tiene un fundamento teórico, sino empírico. Su validez proviene del hecho de que la aproximación del 80/20 resulta ser correcta de forma empírica en una gran variedad de fenómenos tanto naturales como humanos. Sin embargo, por definición, no son cifras exactas y pueden variar. En casos concretos, la distribución puede ser, por ejemplo, del 80/30 ó del 80/10
La Ley Fundamental de Murphy es un adagio popular en la cultura occidental, que a grandes rasgos dice que «si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal». La ley fue nombrada por Edward A. Murphy, Jr., un ingeniero de desarrollo que trabajó por un breve período en experimentos con cohetes sobre rieles hechos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1949.
Esta ley es quizás el origen de múltiples corolarios y «leyes» incluyendo la Ley de conservación de la miseria.
Historia
Existen diferentes teorías acerca del origen del la ley de Murphy y de los detalles de cómo fue formulada inicialmente. Desde 1947 a 1949, se desarrolló un proyecto denominado MX981 en campo Muroc (llamado más tarde Edwards Air Force Base) destinado a probar la resistencia humana a las fuerzas g durante una desaceleración rápida. Las pruebas usaban un cohete montado sobre rieles con una serie de frenos hidráulicos en un extremo.
Las pruebas iniciales usaban un muñeco humanoide, atado a una silla en el trineo, pero las pruebas siguientes fueron hechas por John Paul Stapp, capitán en ese entonces. Durante las pruebas se cuestionó la precisión de la instrumentación utilizada para medir las fuerzas G que el capitán Stapp experimentaba. Edward Murphy propuso utilizar medidores electrónicos de esfuerzo sujetos al arnés del Capitán Stapp para medir la fuerza ejercida sobre ellos por la rápida desaceleración. El asistente de Murphy cableó el arnés y se hizo una primera prueba usando un chimpancé.
Sin embargo, los sensores dieron una lectura de cero; se vio entonces que habían sido instalados incorrectamente, cada sensor cableado al revés. En este momento Murphy hizo su enunciado. Según George Nichols, otro ingeniero que estaba presente, Murphy, frustrado, le echó la culpa a su asistente, diciendo «Si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará». La versión de Nichols es que la «Ley de Murphy» salió en una conversación entre otros miembros del equipo; fue luego condensada a «Si puede ocurrir, ocurrirá» y llamada la ley de Murphy de forma socarrona por lo que Nichols percibía como arrogancia de parte de Murphy. Otros, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, niegan la versión de Nichols, y sostienen que la frase se originó por parte de Edward Murphy. De acuerdo a Robert Murphy, la frase de su padre fue algo así como «Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera».
De cualquier forma, la frase salió a la luz pública por primera vez durante una conferencia de prensa en la que a Stapp se le preguntó por qué nadie resultó con heridas de importancia durante las pruebas con el cohete. Stapp replicó que fue porque se tomó en consideración la ley de Murphy. Luego citó la ley y dijo que en general significaba que era importante considerar todas las posibilidades antes de hacer una prueba.
En 1952 se cambió la frase a «Todo lo que pueda salir mal, pasará» en un epígrafe del libro The Butcher: The Ascent of Yerupaja de John Sack; posiblemente el primer uso impreso del nombre de Murphy en relación con la ley está en el libro de 1955 de Lloyd Mallan Men, Rockets and Space Rats. Otra version dice:Irónicamente, la frase con la que se suele citar esta ley ("Lo que pueda salir mal, saldrá mal"), nunca fue pronunciada por Edward Murphy. En realidad es la Ley de Finagle de los Negativos Dinámicos. Esta frase fue popularizada por el escritor de ciencia ficción Larry Niven en varias historias sobre mineros de asteroides, que tenían una religión y cultura que incluía el miedo y la adoración del dios Finagle y su "profeta demente" Murphy. Esto demuestra que la Ley de Murphy puede aplicarse también a la misma Ley de Murphy.