Aquellos que viven de acuerdo a los deseos de su carne y de su mente, también son hechura de Dios. Ellos han sido formados y moldeados por el espíritu del entorno en el que viven – por todo lo que ven, leen y escuchan. La sabiduría de este mundo está impregnada de envidia y todo tipo de malicia.
Explicación:
Aquellos que viven de acuerdo a los deseos de su carne y de su mente, también son hechura de Dios. Ellos han sido formados y moldeados por el espíritu del entorno en el que viven – por todo lo que ven, leen y escuchan. La sabiduría de este mundo está impregnada de envidia y todo tipo de malicia.