La función motora normal implica actividad muscular modulada por la actividad de la corteza cerebral, ganglios basales, cerebelo, núcleo rojo, formación reticular del tallo encefálico, núcleo vestibular lateral y médula espinal. La disfunción del sistema motor causa debilidad o parálisis, que se describen en este capítulo, ataxia (cap. 450) o movimientos anormales (cap. 449). La debilidad es una reducción en la potencia que puede ejercerse mediante uno o más músculos. Debe distinguirse de la fatiga fácil (o sea, la capacidad para mantener una actividad que sería normal para una persona de la misma edad, sexo y tamaño); de la limitación en la función por dolor o rigidez articular, o alteración de la actividad motora porque la pérdida sensitiva propioceptiva grave impide la retroalimentación adecuada sobre la dirección y la potencia de los movimientos. También es distinta de la bradicinesia (en la que se requiere más tiempo para ejercer la potencia completa) y la apraxia, un trastorno en la planeación e inicio de un movimiento hábil o aprendido no causado por deficiencia motora o sensitiva significativas (cap. 36).
La parálisis o el sufijo “-plejía” indica una debilidad tan grave que no es posible contraer un músculo, mientras que la paresia se refiere a una debilidad menos grave. El prefijo “hemi-” indica una mitad del cuerpo, “para-” se refiere a ambas piernas y “tetra-” a las cuatro extremidades.
La distribución de la debilidad ayuda a localizar la lesión subyacente. La debilidad por afectación de las neuronas motoras superiores ocurre sobre todo en los extensores y abductores de la extremidad superior, y en los flexores de la inferior. La debilidad de la neurona motora inferior depende de que la afectación se localice en las células del asta anterior, nervio radicular, plexo de la extremidad o en el nervio periférico y sólo afecta a los músculos inervados por la estructura afectada. Por lo general, la debilidad miopática es más intensa en los músculos proximales. La debilidad por un trastorno en la transmisión neuromuscular no tiene un tipo específico de afectación.
La función motora normal implica actividad muscular modulada por la actividad de la corteza cerebral, ganglios basales, cerebelo, núcleo rojo, formación reticular del tallo encefálico, núcleo vestibular lateral y médula espinal. La disfunción del sistema motor causa debilidad o parálisis, que se describen en este capítulo, ataxia (cap. 450) o movimientos anormales (cap. 449). La debilidad es una reducción en la potencia que puede ejercerse mediante uno o más músculos. Debe distinguirse de la fatiga fácil (o sea, la capacidad para mantener una actividad que sería normal para una persona de la misma edad, sexo y tamaño); de la limitación en la función por dolor o rigidez articular, o alteración de la actividad motora porque la pérdida sensitiva propioceptiva grave impide la retroalimentación adecuada sobre la dirección y la potencia de los movimientos. También es distinta de la bradicinesia (en la que se requiere más tiempo para ejercer la potencia completa) y la apraxia, un trastorno en la planeación e inicio de un movimiento hábil o aprendido no causado por deficiencia motora o sensitiva significativas (cap. 36).
La parálisis o el sufijo “-plejía” indica una debilidad tan grave que no es posible contraer un músculo, mientras que la paresia se refiere a una debilidad menos grave. El prefijo “hemi-” indica una mitad del cuerpo, “para-” se refiere a ambas piernas y “tetra-” a las cuatro extremidades.
La distribución de la debilidad ayuda a localizar la lesión subyacente. La debilidad por afectación de las neuronas motoras superiores ocurre sobre todo en los extensores y abductores de la extremidad superior, y en los flexores de la inferior. La debilidad de la neurona motora inferior depende de que la afectación se localice en las células del asta anterior, nervio radicular, plexo de la extremidad o en el nervio periférico y sólo afecta a los músculos inervados por la estructura afectada. Por lo general, la debilidad miopática es más intensa en los músculos proximales. La debilidad por un trastorno en la transmisión neuromuscular no tiene un tipo específico de afectación.