El exordio, del cual muchas veces depende el éxito de todo el discurso, tiene por objetivo captar la atención del auditorio sobre el tema a tratar, y de obtener su buena voluntad y benevolencia. Esta introducción permite al orador justificar por qué está haciendo uso de la palabra, mostrando que el interés del público se une al suyo propio, en relación a los tópicos y a los enfoques que van a ser desarrollados. Es aquí, es en esta parte, que quien habla debe desplegar sus mejores cualidades, para asegurar una buena acogida a sus argumentaciones y a sus eslabonamientos de la presentación, y mostrando modestia, prudencia, probidad, autoridad, dominio de la temática.
El exordio, del cual muchas veces depende el éxito de todo el discurso, tiene por objetivo captar la atención del auditorio sobre el tema a tratar, y de obtener su buena voluntad y benevolencia. Esta introducción permite al orador justificar por qué está haciendo uso de la palabra, mostrando que el interés del público se une al suyo propio, en relación a los tópicos y a los enfoques que van a ser desarrollados. Es aquí, es en esta parte, que quien habla debe desplegar sus mejores cualidades, para asegurar una buena acogida a sus argumentaciones y a sus eslabonamientos de la presentación, y mostrando modestia, prudencia, probidad, autoridad, dominio de la temática.