Es la perspectiva temporal, en la que se encuentra el narrador, el punto de observación que se le va a dar al lector. Se trata de especificar la posición en la que está el narrador.
Cuando el narrador está en primera persona, es muy fácil saber en que punto de la historia se encuentra: al principio, en medio, al final. Pero si el narrador es Heterodiegético (cuenta la historia desde fuera), es más complicado conocer el momento exacto, ya que ha pasado, no puede estar sucediendo ahora.
El tiempo del relato se refiere a algo más. Los acontecimientos de una narración no siempre se cuentan en orden cronológico, y ello hace que sea más interesante lo que se narra.
En una obra literaria, el narrador puede dar saltos temporales, por ej. adelantar algo de la historia. Ese uso de los saltos temporales se llama ANACRONÍA.
Los saltos temporales pueden ir hacia atrás o hacia adelante. Si son hacia atrás se pueden utilizar para explicar los motivos por los que sucede lo que sucede en la historia (se recurre al pasado para justificar el presente). Si son hacia adelante son usados para crear tensión, para interesar al lector y así éste quiera saber por qué van a pasar los hechos.
Los tiempos del relato pueden ser: presente, pasado, futuro.
Es la perspectiva temporal, en la que se encuentra el narrador, el punto de observación que se le va a dar al lector. Se trata de especificar la posición en la que está el narrador.
Cuando el narrador está en primera persona, es muy fácil saber en que punto de la historia se encuentra: al principio, en medio, al final. Pero si el narrador es Heterodiegético (cuenta la historia desde fuera), es más complicado conocer el momento exacto, ya que ha pasado, no puede estar sucediendo ahora.
El tiempo del relato se refiere a algo más. Los acontecimientos de una narración no siempre se cuentan en orden cronológico, y ello hace que sea más interesante lo que se narra.
En una obra literaria, el narrador puede dar saltos temporales, por ej. adelantar algo de la historia. Ese uso de los saltos temporales se llama ANACRONÍA.
Los saltos temporales pueden ir hacia atrás o hacia adelante. Si son hacia atrás se pueden utilizar para explicar los motivos por los que sucede lo que sucede en la historia (se recurre al pasado para justificar el presente). Si son hacia adelante son usados para crear tensión, para interesar al lector y así éste quiera saber por qué van a pasar los hechos.
Los tiempos del relato pueden ser: presente, pasado, futuro.