El ser es uno, es eterno e inmutable. ... Heráclito es el pensador del devenir, Parménides es el pensador de la inmutabilidad del ser; mientras que Deleuze podría colocarse justo en el centro del entrecruzamiento entre Heráclito y Parménides. Palabras clave: Ontología, ser, unidad, permanencia, devenir.
El ser, pues, sería un principio ontológico que no debería confundirse con los entes. Desde esta perspectiva no hay contradicción en decir que el ser es único, eterno e inmóvil y decirlo mientras se está caminando, puesto que el discurso sobre el ser y el discurso sobre los entes se realiza en planos distintos. Parménides, según esta interpretación, no dice que lo ente no cambia; es el ser quien es inmutable, puesto que lo concibe de forma puramente conceptual, no como ente ni como cuerpo espacio-temporal.
Para Heráclito de Éfeso, el ser era como el fuego, no en el sentido literal, (como lo era el agua para Tales De Mileto) si no que por su constante movimiento se asemejaba al ser. El ser se manifiesta como un devenir eterno, algo natural en cotidianidad. El ser es la ley y verdad de todas las cosas de este pues se derivan las demás leyes.
Respuesta:
El ser es uno, es eterno e inmutable. ... Heráclito es el pensador del devenir, Parménides es el pensador de la inmutabilidad del ser; mientras que Deleuze podría colocarse justo en el centro del entrecruzamiento entre Heráclito y Parménides. Palabras clave: Ontología, ser, unidad, permanencia, devenir.
Explicación:
El ser, pues, sería un principio ontológico que no debería confundirse con los entes. Desde esta perspectiva no hay contradicción en decir que el ser es único, eterno e inmóvil y decirlo mientras se está caminando, puesto que el discurso sobre el ser y el discurso sobre los entes se realiza en planos distintos. Parménides, según esta interpretación, no dice que lo ente no cambia; es el ser quien es inmutable, puesto que lo concibe de forma puramente conceptual, no como ente ni como cuerpo espacio-temporal.
Para Heráclito de Éfeso, el ser era como el fuego, no en el sentido literal, (como lo era el agua para Tales De Mileto) si no que por su constante movimiento se asemejaba al ser. El ser se manifiesta como un devenir eterno, algo natural en cotidianidad. El ser es la ley y verdad de todas las cosas de este pues se derivan las demás leyes.