isabel882
Dios de reveló muchas veces en el Antiguo Testamento a los Patriarcas y a los Profetas. En el Nuevo Testamento se reveló por Jesucristo (cf. Hb 1, 1-4). Esta revelación es primero oral, luego se pone por escrito, y siempre ha de ser conservada, hasta el fin de los tiempos.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, algunos elementos de esa Revelación fueron puestos por escrito, dando lugar a los 72 libros de la Sagrada Escritura. Ahora bien, no todo lo revelado por Dios está contenido en la Escritura. Un ejemplo claro es el Nuevo Testamento, que no recoge toda la predicación de Jesucristo. Tal y como san Juan escribió:
Muchas otras señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están en este libro; y estas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre (Jn 20, 30)
Esa revelación no escrita es lo que denominamos Tradición, que no es solo lo acontecido y no escrito, sino que abarca más. Por ejemplo, la misma vida y milagros de Jesús, antes de ponerse por escrito, eran Tradición, y así lo fue para la primera generación cristiana
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, algunos elementos de esa Revelación fueron puestos por escrito, dando lugar a los 72 libros de la Sagrada Escritura. Ahora bien, no todo lo revelado por Dios está contenido en la Escritura. Un ejemplo claro es el Nuevo Testamento, que no recoge toda la predicación de Jesucristo. Tal y como san Juan escribió:
Muchas otras señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están en este libro; y estas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre (Jn 20, 30)
Esa revelación no escrita es lo que denominamos Tradición, que no es solo lo acontecido y no escrito, sino que abarca más. Por ejemplo, la misma vida y milagros de Jesús, antes de ponerse por escrito, eran Tradición, y así lo fue para la primera generación cristiana