Este trabajo estudia, bajo la denominación general de policía, a los magistrados y esclavos públicos empleados por las ciudades griegas para contribuir al mantenimiento del orden y asegurar el cumplimiento de las leyes, así como a las guardias personales de los distintos gobernantes absolutos, tiranos y monarcas, desde la polis arcaica hasta el estado helenístico. El primer capítulo está dedicado a las guardias personales de los tiranos griegos, primer instrumento de control social del que tenemos noticia en la polis griega, tanto en lo que se refiere a su origen y composición, como a su necesidad y a su empleo por parte del pensamiento político como una forma de caracterizar al régimen tiránico. En el segundo se hace un recuento de los diferentes magistrados (agoránomos, astínomos, los Once...) creados por la polis democrática, y, especialmente, por Atenas, que tuvieron competencias relacionadas con la consecución del buen orden (eukosmía), con la observancia de las leyes, y que poseían cierta capacidad punitiva, así como del posible papel "policial" desempeñado por los arqueros escitas. El tercer capítulo se ocupa de la guardia personal de la monarquía macedonia y de su evolución en los reinos helenísticos. En el último capítulo se estudian exclusivamente las fuerzas de orden público creadas por el Egipto Ptolemaico, abundantemente testimoniadas en papiros, y que, encabezadas por los filacitas, son omnipresentes en la vida del territorio. En las conclusiones se ha intentado reflejar la interrelación entre los distintos regímenes políticos y los instrumentos de control social que producen, así como la evolución de esos instrumentos a lo largo de la historia de Grecia.
Respuesta:
Resumen
Este trabajo estudia, bajo la denominación general de policía, a los magistrados y esclavos públicos empleados por las ciudades griegas para contribuir al mantenimiento del orden y asegurar el cumplimiento de las leyes, así como a las guardias personales de los distintos gobernantes absolutos, tiranos y monarcas, desde la polis arcaica hasta el estado helenístico. El primer capítulo está dedicado a las guardias personales de los tiranos griegos, primer instrumento de control social del que tenemos noticia en la polis griega, tanto en lo que se refiere a su origen y composición, como a su necesidad y a su empleo por parte del pensamiento político como una forma de caracterizar al régimen tiránico. En el segundo se hace un recuento de los diferentes magistrados (agoránomos, astínomos, los Once...) creados por la polis democrática, y, especialmente, por Atenas, que tuvieron competencias relacionadas con la consecución del buen orden (eukosmía), con la observancia de las leyes, y que poseían cierta capacidad punitiva, así como del posible papel "policial" desempeñado por los arqueros escitas. El tercer capítulo se ocupa de la guardia personal de la monarquía macedonia y de su evolución en los reinos helenísticos. En el último capítulo se estudian exclusivamente las fuerzas de orden público creadas por el Egipto Ptolemaico, abundantemente testimoniadas en papiros, y que, encabezadas por los filacitas, son omnipresentes en la vida del territorio. En las conclusiones se ha intentado reflejar la interrelación entre los distintos regímenes políticos y los instrumentos de control social que producen, así como la evolución de esos instrumentos a lo largo de la historia de Grecia.