La Legión Cívica Argentina fue un Partido político y organización paramilitar fascista y nacionalista de Argentina. Partido único durante el gobierno de José Félix Uriburu de 1930 a 1932
¿Qué objetivos tenía?
La función de la legión cívica fue la de oponer a los partidos sus columnas marciales y un discurso que más allá del patriotismo invitaba a modificar la Constitución Nacional para establecer una representación corporativa.
Explicación:
La legión romana (del latín legión, derivado de legere, recoger, juntar, seleccionar) era la unidad militar de infantería básica de la antigua Roma. Consistía en un cuerpo de infantería pesada de unos cuatro mil doscientos hombres, según el historiador antiguo Polibio, [1] que más tarde alcanzaría entre los cinco mil doscientos y seis mil soldados de infantería y trescientos jinetes para completar un total de entre seis mil y seis mil trescientos efectivos, según cuenta Tito Livio.[2] Las legiones tenían asignado un nombre y un número; se identificaron cerca de cincuenta, pero nunca llegaron a existir tantas en un mismo momento de la historia de Roma. Usualmente había veintiocho legiones con sus auxiliares, y se reclutaban más según las necesidades y la situación en cada momento.
¿Qué era la legión cívica?
La Legión Cívica Argentina fue un Partido político y organización paramilitar fascista y nacionalista de Argentina. Partido único durante el gobierno de José Félix Uriburu de 1930 a 1932
¿Qué objetivos tenía?
La función de la legión cívica fue la de oponer a los partidos sus columnas marciales y un discurso que más allá del patriotismo invitaba a modificar la Constitución Nacional para establecer una representación corporativa.
Explicación:
La legión romana (del latín legión, derivado de legere, recoger, juntar, seleccionar) era la unidad militar de infantería básica de la antigua Roma. Consistía en un cuerpo de infantería pesada de unos cuatro mil doscientos hombres, según el historiador antiguo Polibio, [1] que más tarde alcanzaría entre los cinco mil doscientos y seis mil soldados de infantería y trescientos jinetes para completar un total de entre seis mil y seis mil trescientos efectivos, según cuenta Tito Livio.[2] Las legiones tenían asignado un nombre y un número; se identificaron cerca de cincuenta, pero nunca llegaron a existir tantas en un mismo momento de la historia de Roma. Usualmente había veintiocho legiones con sus auxiliares, y se reclutaban más según las necesidades y la situación en cada momento.