Cuando hablamos de racismo estamos hablando de un tipo de discriminación, aquella que se produce cuando una persona o grupo de personas siente odio hacia otras por tener características o cualidades distintas, como el color de piel, idioma o lugar de nacimiento.
Una de las causas más comunes de las actitudes racistas puede encontrarse en el miedo a lo diferente o a las personas que vienen de otros países, por desconocimiento o falta de información al respecto.
4 tipos de racismo
Existen varios tipos de racismo por los que las personas se pueden sentir discriminadas o ser víctimas de desigualdades:
Racismo aversivo. Es un tipo de racismo sutil porque generalmente es empleado por personas que están abiertamente en contra del racismo y de los comportamientos racistas. En el racismo aversivo se pretende la igualdad de derechos y la libertad para que cada grupo viva su propia cultura abiertamente. En cambio, las actitudes racistas se producen mediante la distancia con la otra persona, falta de empatía o mostrando frialdad.
Racismo etnocentrista. Este tipo de racismo está basado en la superioridad cultural del propio grupo, por lo que este asume que otros grupos diferentes suponen una amenaza cultural. En este tipo de racismo no hay derecho a la igualdad y se cree que las personas que son de una raza diferente a la propia deben someterse al grupo predominante. El rechazo de costumbres, creencias, comportamientos, religiones o lenguas de otros grupos étnicos son actitudes recurrentes en este tipo de racismo.
Racismo simbólico. El racismo simbólico aboga por el derecho a ser iguales, pero con matices: el derecho a ser iguales existe, pero para ámbitos puntuales o ciertas situaciones. Un ejemplo que explica el racismo simbólico es la libertad que tiene cada grupo para vivir como quiera, pero en áreas limitadas para dicho grupo. Estas actitudes provocan una segregación cultural entre los distintos grupos, lo que a su vez produce distanciamiento entre sus miembros.
Racismo biológico. Es el tipo de racismo menos tolerante. Entiende que una raza es biológicamente superior a las demás, que amenazan con degenerar la raza que es considerada principal. El racismo biológico no cree que los miembros de otras razas deban tener ningún derecho, piensa que deben ser excluidos totalmente e incluso apuesta por la segregación física. Un ejemplo de este tipo de racismo fue el llevado a cabo por el régimen nazi en los años 30 y 40: consideraban la raza aria como una raza pura y superior.
Racismo en el siglo XXI, la lucha continúa
Faiza Luigi es una de las personas que tuvo que dejarlo todo atrás por culpa del racismo. Cuando escuchó lemas anti-extranjeros en Sudáfrica, donde había llegado diez años atrás huyendo de la República Democrática del Congo, comprendió que tenía que refugiarse de nuevo, aunque eso significaba tener que dejarlo todo, incluido su puesto de calzado. Estuvo escondida durante semanas, hasta que acabó la violencia.
Años después, Faiza mantiene en secreto su nacionalidad: “Ninguno de mis amigos sabe que soy congoleña. Si lo supieran, me harían la vida imposible”.
Como ella, miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a las persecuciones por motivos de raza. Muchos siguen sin poder regresar a sus países. ACNUR protege a as víctimas ofreciéndoles, entre otros, un refugio, materiales de emergencia y acceso a educación y formación.
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Cuando hablamos de racismo estamos hablando de un tipo de discriminación, aquella que se produce cuando una persona o grupo de personas siente odio hacia otras por tener características o cualidades distintas, como el color de piel, idioma o lugar de nacimiento.
Una de las causas más comunes de las actitudes racistas puede encontrarse en el miedo a lo diferente o a las personas que vienen de otros países, por desconocimiento o falta de información al respecto.
4 tipos de racismo
Existen varios tipos de racismo por los que las personas se pueden sentir discriminadas o ser víctimas de desigualdades:
Racismo aversivo. Es un tipo de racismo sutil porque generalmente es empleado por personas que están abiertamente en contra del racismo y de los comportamientos racistas. En el racismo aversivo se pretende la igualdad de derechos y la libertad para que cada grupo viva su propia cultura abiertamente. En cambio, las actitudes racistas se producen mediante la distancia con la otra persona, falta de empatía o mostrando frialdad.
Racismo etnocentrista. Este tipo de racismo está basado en la superioridad cultural del propio grupo, por lo que este asume que otros grupos diferentes suponen una amenaza cultural. En este tipo de racismo no hay derecho a la igualdad y se cree que las personas que son de una raza diferente a la propia deben someterse al grupo predominante. El rechazo de costumbres, creencias, comportamientos, religiones o lenguas de otros grupos étnicos son actitudes recurrentes en este tipo de racismo.
Racismo simbólico. El racismo simbólico aboga por el derecho a ser iguales, pero con matices: el derecho a ser iguales existe, pero para ámbitos puntuales o ciertas situaciones. Un ejemplo que explica el racismo simbólico es la libertad que tiene cada grupo para vivir como quiera, pero en áreas limitadas para dicho grupo. Estas actitudes provocan una segregación cultural entre los distintos grupos, lo que a su vez produce distanciamiento entre sus miembros.
Racismo biológico. Es el tipo de racismo menos tolerante. Entiende que una raza es biológicamente superior a las demás, que amenazan con degenerar la raza que es considerada principal. El racismo biológico no cree que los miembros de otras razas deban tener ningún derecho, piensa que deben ser excluidos totalmente e incluso apuesta por la segregación física. Un ejemplo de este tipo de racismo fue el llevado a cabo por el régimen nazi en los años 30 y 40: consideraban la raza aria como una raza pura y superior.
Racismo en el siglo XXI, la lucha continúa
Faiza Luigi es una de las personas que tuvo que dejarlo todo atrás por culpa del racismo. Cuando escuchó lemas anti-extranjeros en Sudáfrica, donde había llegado diez años atrás huyendo de la República Democrática del Congo, comprendió que tenía que refugiarse de nuevo, aunque eso significaba tener que dejarlo todo, incluido su puesto de calzado. Estuvo escondida durante semanas, hasta que acabó la violencia.
Años después, Faiza mantiene en secreto su nacionalidad: “Ninguno de mis amigos sabe que soy congoleña. Si lo supieran, me harían la vida imposible”.
Como ella, miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a las persecuciones por motivos de raza. Muchos siguen sin poder regresar a sus países. ACNUR protege a as víctimas ofreciéndoles, entre otros, un refugio, materiales de emergencia y acceso a educación y formación.
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