Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”. El deseo de Dios es que le obedezcamos, quiere el 100% de nuestro corazón, no una parte de él y esto nos lleva a considerar el otro hijo.
Respuesta:
Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”. El deseo de Dios es que le obedezcamos, quiere el 100% de nuestro corazón, no una parte de él y esto nos lleva a considerar el otro hijo.