Las riquezas no hacen verdaderamente al hombre feliz, que podemos tener de todo pero nuestro corazón puede estar vacío. Que las riquezas no son malas, pero cuando ponemos nuestro corazón en ellas nos destruyen. Que debemos vivir a ser felices, a hacer tesoros en los cielos que es donde estará la verdadera felicidad, porque cuando partamos de este mundo, nada nos vamos a llevar con nosotros, y lo que nos espera al otro lado, es la cosecha de lo que hemos sembrado. Que trabajamos y no sabemos para quien lo hacemos, porque el día que partamos del mundo, otro que en nada se afanó, desperticiará lo que ganamos con esfuerzo. Debemos vivir para servir a Dios, ser felices, darle la mano al hermano, etc.
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Las riquezas no hacen verdaderamente al hombre feliz, que podemos tener de todo pero nuestro corazón puede estar vacío. Que las riquezas no son malas, pero cuando ponemos nuestro corazón en ellas nos destruyen. Que debemos vivir a ser felices, a hacer tesoros en los cielos que es donde estará la verdadera felicidad, porque cuando partamos de este mundo, nada nos vamos a llevar con nosotros, y lo que nos espera al otro lado, es la cosecha de lo que hemos sembrado. Que trabajamos y no sabemos para quien lo hacemos, porque el día que partamos del mundo, otro que en nada se afanó, desperticiará lo que ganamos con esfuerzo. Debemos vivir para servir a Dios, ser felices, darle la mano al hermano, etc.
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