Para que el matrimonio sea considerado como sacramento, es necesario que los siguientes elementos estén presentes en el mismo: ministro, sujeto y signo sensible.
Siendo los contrayentes del matrimonio considerados a su vez como ministros y sujetos, y el sacerdote interviniendo únicamente como testigo oficial de la Iglesia.
Por otro lado, el signo sensible, comprendidos por materia (la donación que los contrayentes hacen de sí mismos) y la forma (palabras o señales con la que aceptan la unión).
Para que el matrimonio sea considerado como sacramento, es necesario que los siguientes elementos estén presentes en el mismo: ministro, sujeto y signo sensible.
Siendo los contrayentes del matrimonio considerados a su vez como ministros y sujetos, y el sacerdote interviniendo únicamente como testigo oficial de la Iglesia.
Por otro lado, el signo sensible, comprendidos por materia (la donación que los contrayentes hacen de sí mismos) y la forma (palabras o señales con la que aceptan la unión).