Prometía que el linaje de David continuaría en el trono y, a diferencia del linaje de Saúl, no sería derrocado después de su muerte. Pero es también una profecía claramente mesiánica.
David ha recibido de Dios la promesa de una alianza indefectible en favor de su dinastía. Después de su muerte, el pueblo de Israel comienza a esperar un nuevo David que no sea solamente un rey, sino el Enviado mismo de Dios, el Mesías, restaurador de la grandeza de Israel.
RESPUESTA:
Prometía que el linaje de David continuaría en el trono y, a diferencia del linaje de Saúl, no sería derrocado después de su muerte. Pero es también una profecía claramente mesiánica.
David ha recibido de Dios la promesa de una alianza indefectible en favor de su dinastía. Después de su muerte, el pueblo de Israel comienza a esperar un nuevo David que no sea solamente un rey, sino el Enviado mismo de Dios, el Mesías, restaurador de la grandeza de Israel.