La expresión «Rusia imperial» designa el periodo cronológico de la historia rusa desde la conquista de los territorios comprendidos entre el mar Báltico y el océano Pacífico iniciada por Pedro I hasta el reinado de Nicolás II, el último zar, y el comienzo de la Revolución de 1917.
La capital del imperio fue San Petersburgo (rebautizada en 1914 como Petrogrado a raíz del inicio de la Primera Guerra mundial). A finales del siglo XIX, el imperio comprendía 22.800.000 km². De acuerdo al censo de 1897, su población alcanzaba las 125.640.000 personas, habitando la mayoría (93,44 millones) en Europa. Más de 100 diferentes grupos étnicos convivían en el imperio (la etnia rusa componía el 44% de la población). Además del actual territorio de Rusia, en 1917 el Imperio ruso incluía territorios de los estados bálticos, Ucrania, Bielorrusia, parte de Polonia (Zarato de Polonia), Moldavia (Besarabia), Rumania (Valaquia yMoldavia), el Cáucaso, Finlandia, la mayoría del Asia Central y una parte de Turquía (las provincias de Ardahán, Artvin, Iğdır y Kars). Entre 1741 y 1867, el Imperio ruso también incluía Alaska, al otro lado del estrecho de Bering.
En 1914, el Imperio ruso estaba dividido en 81 provincias (óblasti) y 20 regiones (gubérniyas). Entre los vasallos y protectorados del imperio se incluían el Emirato de Bujará, el Kanato de Jiva y, tras 1914, Tuvá.
El Imperio ruso estaba gobernado por una monarquía hereditaria liderada por un rey autocrático (zar) desde la dinastía Románov. La religión oficial del imperio era el cristianismo ortodoxo, controlado por el monarca a través del Santísimo Sínodo Gobernante. Sus habitantes estaban divididos en estratos (clases) tales comodvoryanstvo («nobleza»), el clero, los comerciantes, los cosacos y los campesinos. Los nativos de Siberia y Asia Central fueron oficialmente registrados en el estrato inorodtsy («extranjeros»).
La expresión «Rusia imperial» designa el periodo cronológico de la historia rusa desde la conquista de los territorios comprendidos entre el mar Báltico y el océano Pacífico iniciada por Pedro I hasta el reinado de Nicolás II, el último zar, y el comienzo de la Revolución de 1917.
La capital del imperio fue San Petersburgo (rebautizada en 1914 como Petrogrado a raíz del inicio de la Primera Guerra mundial). A finales del siglo XIX, el imperio comprendía 22.800.000 km². De acuerdo al censo de 1897, su población alcanzaba las 125.640.000 personas, habitando la mayoría (93,44 millones) en Europa. Más de 100 diferentes grupos étnicos convivían en el imperio (la etnia rusa componía el 44% de la población). Además del actual territorio de Rusia, en 1917 el Imperio ruso incluía territorios de los estados bálticos, Ucrania, Bielorrusia, parte de Polonia (Zarato de Polonia), Moldavia (Besarabia), Rumania (Valaquia yMoldavia), el Cáucaso, Finlandia, la mayoría del Asia Central y una parte de Turquía (las provincias de Ardahán, Artvin, Iğdır y Kars). Entre 1741 y 1867, el Imperio ruso también incluía Alaska, al otro lado del estrecho de Bering.
En 1914, el Imperio ruso estaba dividido en 81 provincias (óblasti) y 20 regiones (gubérniyas). Entre los vasallos y protectorados del imperio se incluían el Emirato de Bujará, el Kanato de Jiva y, tras 1914, Tuvá.
El Imperio ruso estaba gobernado por una monarquía hereditaria liderada por un rey autocrático (zar) desde la dinastía Románov. La religión oficial del imperio era el cristianismo ortodoxo, controlado por el monarca a través del Santísimo Sínodo Gobernante. Sus habitantes estaban divididos en estratos (clases) tales comodvoryanstvo («nobleza»), el clero, los comerciantes, los cosacos y los campesinos. Los nativos de Siberia y Asia Central fueron oficialmente registrados en el estrato inorodtsy («extranjeros»).