Las montañas viejas suelen ser más redondeadas por la erosión del viento, y por tanto son más bajas. Sin embargo, las montañas jóvenes son más altas y puntiagudas. Un ejemplo de montaña joven es Sierra Morena, España, y una joven es, por ejemplo, el Everest.
Una montaña vieja tiene la cima más desgatada y más redonda por el paso del aire y una joven tiene la cima más puntiaguda.
Las montañas viejas suelen ser más redondeadas por la erosión del viento, y por tanto son más bajas. Sin embargo, las montañas jóvenes son más altas y puntiagudas. Un ejemplo de montaña joven es Sierra Morena, España, y una joven es, por ejemplo, el Everest.