François Furet, uno de los historiadores franceses más importantes de la actualidad, autor, junto con Denis Richet, del libro La Revolución Francesa (1965), que ha sido recientemente publicado en español, y director del Dictionnaire critique de la Révolution Française, ha visitado esta semana España invitado por la Fundación Pablo Iglesias. Furet, de 61 años, presidente entre 1977 y 1985 de I'Ecole d'Hautes Études de París, y actualmente profesor en la universidad de Chicago y director del Instituto Raymond Aron de lacapital francesa, defiende una tesis contraria a la interpretación tradicional de la Revolución Francesa, que ve en ella el inicio del dominio de la burguesía como clase social.
La conversación con François Furet, irónico y riguroso, se convierte inevitablemente en un recorrido por las revoluciones contemporáneas. El profesor, que actualmente se encuentra investigando sobre los orígenes de la revolución americana, es optimista porque a finales del siglo XX el mundo vuelve "al problema fundamental de la democracia sabiendo que no hay soluciones milagro", y confía en que la conmemoración del bicentenano, "si no se convierte en una celebración chovinista y nacional", sirva para reflexionar sobre las dificultades y también la grandeza de este sistema político
François Furet, uno de los historiadores franceses más importantes de la actualidad, autor, junto con Denis Richet, del libro La Revolución Francesa (1965), que ha sido recientemente publicado en español, y director del Dictionnaire critique de la Révolution Française, ha visitado esta semana España invitado por la Fundación Pablo Iglesias. Furet, de 61 años, presidente entre 1977 y 1985 de I'Ecole d'Hautes Études de París, y actualmente profesor en la universidad de Chicago y director del Instituto Raymond Aron de lacapital francesa, defiende una tesis contraria a la interpretación tradicional de la Revolución Francesa, que ve en ella el inicio del dominio de la burguesía como clase social.
La conversación con François Furet, irónico y riguroso, se convierte inevitablemente en un recorrido por las revoluciones contemporáneas. El profesor, que actualmente se encuentra investigando sobre los orígenes de la revolución americana, es optimista porque a finales del siglo XX el mundo vuelve "al problema fundamental de la democracia sabiendo que no hay soluciones milagro", y confía en que la conmemoración del bicentenano, "si no se convierte en una celebración chovinista y nacional", sirva para reflexionar sobre las dificultades y también la grandeza de este sistema político