Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado científicos alemanes del Instituto Max-Planck de Antropología, tras revelar el genoma mitocondrial completo de un ‘Homo neanderthalensis’, esa especie humana que desapareció hace 35.000 años y que convivió, al menos en el tiempo, con la nuestra.
No es el primer ADN mitocondrial que se secuencia de un neandertal, pero sí el que completa el genoma de un individuo de hace 38.000 años, cuyo fósil fue hallado en la cueva de Virinja (Croacia). Para ello, han utilizado una nueva técnica de ensamblaje, la multi-secuenciación 454.
“Por primera vez tenemos una secuencia de ADN antiguo sin errores y podemos ver todos los genes mitocondriales”, asegura a El Mundo Richard Green, uno de los autores de esta investigación, publicada en la revista Cell.
Como ya se había apuntado en trabajos anteriores, en este genoma no hay pruebas de que el linaje de humanos y neandertales se fusionara, una posibilidad que sigue sin confirmarse y que algunos investigadores defienden. Sí indica que el último ancestro común de ambas especies vivió hace 660.000 años, si bien con un margen de error elevado (140.000 años), y que sus cambios genéticos importantes fueron escasos, salvo en la base aminoácida de las proteínas.
Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado científicos alemanes del Instituto Max-Planck de Antropología, tras revelar el genoma mitocondrial completo de un ‘Homo neanderthalensis’, esa especie humana que desapareció hace 35.000 años y que convivió, al menos en el tiempo, con la nuestra.
No es el primer ADN mitocondrial que se secuencia de un neandertal, pero sí el que completa el genoma de un individuo de hace 38.000 años, cuyo fósil fue hallado en la cueva de Virinja (Croacia). Para ello, han utilizado una nueva técnica de ensamblaje, la multi-secuenciación 454.
“Por primera vez tenemos una secuencia de ADN antiguo sin errores y podemos ver todos los genes mitocondriales”, asegura a El Mundo Richard Green, uno de los autores de esta investigación, publicada en la revista Cell.
Como ya se había apuntado en trabajos anteriores, en este genoma no hay pruebas de que el linaje de humanos y neandertales se fusionara, una posibilidad que sigue sin confirmarse y que algunos investigadores defienden. Sí indica que el último ancestro común de ambas especies vivió hace 660.000 años, si bien con un margen de error elevado (140.000 años), y que sus cambios genéticos importantes fueron escasos, salvo en la base aminoácida de las proteínas.