occidental y suroriental de la Sierra Nevada de Santa
Marta (junto con los pueblos Kogui, Kankuamo y
Wiwa), y viven de la agricultura y la ganadería.
Actualmente se reconocen cuatro comunidades
Arhuacas, que suman 22.134 personas (11.321
hombres y 10.813 mujeres), ubicadas dos en Santa
Marta, otra en Valledupar y la última en Soledad,
departamento del Atlántico. El resguardo principal de
este pueblo está en Santa Marta desde 1983.
Los Arhuacos que no habitan en dichos resguardos
están asentados en fincas y haciendas de la región
Caribe, en búsqueda de mejores tierras para la
agricultura y cría de animales. Estos procesos hangenerado ciertos impactos en la comunidad, por
ejemplo, el mestizaje al que se han enfrentado.. Historia
Ante los procesos de colonización, el pueblo Arhuaco
optó, con miras a preservar su espiritualidad como
método de resistencia, por recluirse y encontrar
refugio en las partes más altas de la Sierra Nevada.
Sin embargo, el contacto con la arremetida española
produjo ciertos cambios culturales significativos en
sus formas de convivir y relacionarse entre sí. El
ingreso de la orden religiosa de los Capuchinos en el
siglo XVIII tuvo un fuerte impacto en su doctrina.
Ahora bien, debido a procesos de reivindicación
étnica, el pueblo Arhuaco logró expulsarla en 1980.
Esta comunidad ha sido víctima, desde el Siglo XX,
de actos violentos por parte de grupos armados
ilegales, al igual que de la explotación de sus
recursos naturales y el uso a la fuerza de sus
corredores estratégicos. Todo ello ha implicado una
fuerte desintegración cultural del pueblo,
manifestada en el debilitamiento de sus prácticas
culturales y el detrimento de la espiritualidad. Sin
embargo, la constante lucha por la protección y
reivindicación de la Sierra Nevada ha permitido que
se adelante una relación de cooperación con los
otros pueblos indígenas con quienes comparte el
territorio, facilitando la permanencia en sus tierras
sagradas.
3. Riesgos de protección
Después de sus vecinos los Kankuamos, la
comunidad Arhuaca es el pueblo indígena más
abatido por el conflicto armado colombiano. Entre el
año 2003 y 2008, 12 miembros del grupo indígena
fueron asesinados, 2 fueron desaparecidos, 2
fueron utilizados como escudo humano y 2 más
sufrieron lesiones personales. Igualmente, 2,509
indígenas fueron víctimas del desplazamiento
forzado en el mismo período, la mayoría
proveniente de Valledupar (1,128 desplazados),
Riohacha (664 indígenas), Pueblo Bello (319
personas) y Santa Marta (282 desplazados).
4. Fortalezas
La comunidad ha adelantado procesos de
fortalecimiento organizativo y cultural, hecho que
les ha garantizado cierta seguridad y autonomía.
Sin embargo, la presencia de distintos actores
como las iglesias evangélicas, actores armados
ilegales, entre otros, ha resquebrajado la unión de
miembros del pueblo Arhuaco y han desestabilizado
sus modos organizativos institucionales. De ahí, la
importancia de hacer hincapié en la capacidad de
asociación entre las comunidades indígenas con el
objetivo de preservar lo más sagrado de su cultura, ya sea material, físico o espíritual
Respuesta:
que en la llanura está más en la ciudad que la otra
Verified answer
Explicación:
La comunidad indígena Arhuaca habita la vertiente
occidental y suroriental de la Sierra Nevada de Santa
Marta (junto con los pueblos Kogui, Kankuamo y
Wiwa), y viven de la agricultura y la ganadería.
Actualmente se reconocen cuatro comunidades
Arhuacas, que suman 22.134 personas (11.321
hombres y 10.813 mujeres), ubicadas dos en Santa
Marta, otra en Valledupar y la última en Soledad,
departamento del Atlántico. El resguardo principal de
este pueblo está en Santa Marta desde 1983.
Los Arhuacos que no habitan en dichos resguardos
están asentados en fincas y haciendas de la región
Caribe, en búsqueda de mejores tierras para la
Ante los procesos de colonización, el pueblo Arhuaco
optó, con miras a preservar su espiritualidad como
método de resistencia, por recluirse y encontrar
refugio en las partes más altas de la Sierra Nevada.
Sin embargo, el contacto con la arremetida española
produjo ciertos cambios culturales significativos en
sus formas de convivir y relacionarse entre sí. El
ingreso de la orden religiosa de los Capuchinos en el
siglo XVIII tuvo un fuerte impacto en su doctrina.
Ahora bien, debido a procesos de reivindicación
étnica, el pueblo Arhuaco logró expulsarla en 1980.
Esta comunidad ha sido víctima, desde el Siglo XX,
de actos violentos por parte de grupos armados
ilegales, al igual que de la explotación de sus
recursos naturales y el uso a la fuerza de sus
corredores estratégicos. Todo ello ha implicado una
fuerte desintegración cultural del pueblo,
manifestada en el debilitamiento de sus prácticas
culturales y el detrimento de la espiritualidad. Sin
embargo, la constante lucha por la protección y
reivindicación de la Sierra Nevada ha permitido que
se adelante una relación de cooperación con los
otros pueblos indígenas con quienes comparte el
territorio, facilitando la permanencia en sus tierras
sagradas.
3. Riesgos de protección
Después de sus vecinos los Kankuamos, la
comunidad Arhuaca es el pueblo indígena más
abatido por el conflicto armado colombiano. Entre el
año 2003 y 2008, 12 miembros del grupo indígena
fueron asesinados, 2 fueron desaparecidos, 2
fueron utilizados como escudo humano y 2 más
sufrieron lesiones personales. Igualmente, 2,509
indígenas fueron víctimas del desplazamiento
forzado en el mismo período, la mayoría
proveniente de Valledupar (1,128 desplazados),
Riohacha (664 indígenas), Pueblo Bello (319
personas) y Santa Marta (282 desplazados).
4. Fortalezas
La comunidad ha adelantado procesos de
fortalecimiento organizativo y cultural, hecho que
les ha garantizado cierta seguridad y autonomía.
Sin embargo, la presencia de distintos actores
como las iglesias evangélicas, actores armados
ilegales, entre otros, ha resquebrajado la unión de
miembros del pueblo Arhuaco y han desestabilizado
sus modos organizativos institucionales. De ahí, la
importancia de hacer hincapié en la capacidad de
asociación entre las comunidades indígenas con el
objetivo de preservar lo más sagrado de su cultura, ya sea material, físico o espíritual