Respuesta:«Ya desde los congresos de movimientos eclesiales que se desarrollaron en la década pasada consideré que era fundamental que quienes hemos sido bendecidos por el don del Espíritu Santo al haber sido convocados a formar parte de esta riqueza de la Iglesia de hoy que son los movimientos eclesiales, compartamos, desde los propios carismas recibidos, para profundizar, en espíritu de oración y comunión fraterna, en la responsabilidad al servicio de la evangelización que Dios presenta a cada uno de los movimientos en su divino Plan, en la comunión al servicio de la misión de la Iglesia. Creo firmemente que todo don -por el cual debemos alegrarnos y agradecer- trae consigo una responsabilidad eclesial que con la gracia de Dios y con toda humildad debemos esforzarnos en acoger y poner por obra
Respuesta:«Ya desde los congresos de movimientos eclesiales que se desarrollaron en la década pasada consideré que era fundamental que quienes hemos sido bendecidos por el don del Espíritu Santo al haber sido convocados a formar parte de esta riqueza de la Iglesia de hoy que son los movimientos eclesiales, compartamos, desde los propios carismas recibidos, para profundizar, en espíritu de oración y comunión fraterna, en la responsabilidad al servicio de la evangelización que Dios presenta a cada uno de los movimientos en su divino Plan, en la comunión al servicio de la misión de la Iglesia. Creo firmemente que todo don -por el cual debemos alegrarnos y agradecer- trae consigo una responsabilidad eclesial que con la gracia de Dios y con toda humildad debemos esforzarnos en acoger y poner por obra
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