En una conferencia ofrecida en el BID, Joan Subirats —catedrático de ciencia política de la Universidad Autónoma de Barcelona en España— presentó políticas basadas en la experiencia en Europa, que permitirían avanzar en nuevas fórmulas contra la exclusión.
· Si la exclusión tiene un carácter estructural, producida por ejemplo por el cambio del tejido social, la pérdida del trabajo o la ruptura de ciertas coordenadas básicas de integración, las respuestas políticas y sociales deben ser estratégicas, tendientes a debilitar los factores que generan precariedad y marginación.
· Si la exclusión presenta una configuración compleja, por ejemplo una madre soltera y discapacitada, las políticas que traten de darle respuesta deben tender a ser formuladas desde una visión integral, con un alto nivel de coordinación entre los actores —ya sean ministerios públicos u organizaciones sin fines de lucro—, y desde la mayor proximidad territorial posible. Afrontar el problema desde un punto de vista local tiene ventajas en comparación con hacerlo en el ámbito nacional.
· Si la exclusión conlleva un fuerte dinamismo producido por la combinación de varios factores —como por ejemplo el fracaso escolar, la precariedad laboral, la desprotección social o la carencia de uno de los padres de familia—, las acciones de respuesta deben tender hacia procesos de prevención, inserción y promoción, fortaleciendo y restableciendo los vínculos laborales, sociales, familiares y comunitarios.
· Finalmente, si en la lucha contra la exclusión uno de los elementos es habilitar y capacitar a las personas, las políticas públicas deben tender a incorporar procesos e instrumentos de participación personales y comunitarios y de fortalecimiento del capital humano y social.
Respuesta:
Políticas contra la exclusión
En una conferencia ofrecida en el BID, Joan Subirats —catedrático de ciencia política de la Universidad Autónoma de Barcelona en España— presentó políticas basadas en la experiencia en Europa, que permitirían avanzar en nuevas fórmulas contra la exclusión.
· Si la exclusión tiene un carácter estructural, producida por ejemplo por el cambio del tejido social, la pérdida del trabajo o la ruptura de ciertas coordenadas básicas de integración, las respuestas políticas y sociales deben ser estratégicas, tendientes a debilitar los factores que generan precariedad y marginación.
· Si la exclusión presenta una configuración compleja, por ejemplo una madre soltera y discapacitada, las políticas que traten de darle respuesta deben tender a ser formuladas desde una visión integral, con un alto nivel de coordinación entre los actores —ya sean ministerios públicos u organizaciones sin fines de lucro—, y desde la mayor proximidad territorial posible. Afrontar el problema desde un punto de vista local tiene ventajas en comparación con hacerlo en el ámbito nacional.
· Si la exclusión conlleva un fuerte dinamismo producido por la combinación de varios factores —como por ejemplo el fracaso escolar, la precariedad laboral, la desprotección social o la carencia de uno de los padres de familia—, las acciones de respuesta deben tender hacia procesos de prevención, inserción y promoción, fortaleciendo y restableciendo los vínculos laborales, sociales, familiares y comunitarios.
· Finalmente, si en la lucha contra la exclusión uno de los elementos es habilitar y capacitar a las personas, las políticas públicas deben tender a incorporar procesos e instrumentos de participación personales y comunitarios y de fortalecimiento del capital humano y social.