La Adelita, uno de los corridos más entonados durante la Revolución Mexicana y hasta un siglo después de sus inicios, tuvo su inspiración en Adela Velarde, que estuvo en campaña por ser una camillera de la Cruz Roja.
Así lo refiere el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita y cuya historia se encuentra en el Museo de la Revolución en la Frontera, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, el cual recoge las incidencias de esa lucha, incluido este corrido.
“La Adelita fue uno de los corridos más famosos de la revolución, incluso puede decirse que era una suerte de himno para las tripas revolucionarias antes de lanzarse a la lucha”, refiere uno de los textos en las vitrinas y muros del museo.
“Adelita, la mujer de la que habla el corrido no es producto sólo de la imaginación del autor. Según el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita, su nombre era Adela Velarde”, refiere.
Señala que el propio coronel cuenta que siendo Adelita camillera de la Cruz Roja y estando en campaña, sostuvo en sus brazos al sargento Antonio del Río Armenta durante sus últimos minutos de vida y éste alcanzó a recitarle esta estrofa.
“Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver los van a sepultar, Adelita por Dios te los ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”, es la estrofa referida.
Señala que antes de morir, Antonio del Río le dijo a Adelita que en su mochila le dejaba un regalo, era nada menos que el famoso corrido. Adela Velarde se lo dio a los músicos del regimiento y ahí mismo empezaron a tocarlo y cantarlo.
Este corrido sobrevivió con el tiempo y desde entonces, continúa siendo popular. La Adelita real se vio suplantada e incluso rebasada, por otras “adelitas imaginadas”, refiere el texto.
En sus tres estrofas, el corrido refiere que En lo alto de una abrupta serranía/Acampado se encontraba un regimiento/y una moza que valiente lo seguía/locamente enamorada del sargento.
Popular en la tropa era Adelita,/la mujer que el sargento idolatraba/que además de ser valiente era bonita/que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía/aquel que tanto la quería...
Y si Adelita se fuera con otro/la seguiría por tierra y por mar/si por mar en un buque de guerra/si por tierra en un tren militar.
La Adelita, uno de los corridos más entonados durante la Revolución Mexicana y hasta un siglo después de sus inicios, tuvo su inspiración en Adela Velarde, que estuvo en campaña por ser una camillera de la Cruz Roja.
Así lo refiere el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita y cuya historia se encuentra en el Museo de la Revolución en la Frontera, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, el cual recoge las incidencias de esa lucha, incluido este corrido.
“La Adelita fue uno de los corridos más famosos de la revolución, incluso puede decirse que era una suerte de himno para las tripas revolucionarias antes de lanzarse a la lucha”, refiere uno de los textos en las vitrinas y muros del museo.
“Adelita, la mujer de la que habla el corrido no es producto sólo de la imaginación del autor. Según el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita, su nombre era Adela Velarde”, refiere.
Señala que el propio coronel cuenta que siendo Adelita camillera de la Cruz Roja y estando en campaña, sostuvo en sus brazos al sargento Antonio del Río Armenta durante sus últimos minutos de vida y éste alcanzó a recitarle esta estrofa.
“Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver los van a sepultar, Adelita por Dios te los ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”, es la estrofa referida.
Señala que antes de morir, Antonio del Río le dijo a Adelita que en su mochila le dejaba un regalo, era nada menos que el famoso corrido. Adela Velarde se lo dio a los músicos del regimiento y ahí mismo empezaron a tocarlo y cantarlo.
Este corrido sobrevivió con el tiempo y desde entonces, continúa siendo popular. La Adelita real se vio suplantada e incluso rebasada, por otras “adelitas imaginadas”, refiere el texto.
En sus tres estrofas, el corrido refiere que En lo alto de una abrupta serranía/Acampado se encontraba un regimiento/y una moza que valiente lo seguía/locamente enamorada del sargento.
Popular en la tropa era Adelita,/la mujer que el sargento idolatraba/que además de ser valiente era bonita/que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía/aquel que tanto la quería...
Y si Adelita se fuera con otro/la seguiría por tierra y por mar/si por mar en un buque de guerra/si por tierra en un tren militar.
La Adelita, uno de los corridos más entonados durante la Revolución Mexicana y hasta un siglo después de sus inicios, tuvo su inspiración en Adela Velarde, que estuvo en campaña por ser una camillera de la Cruz Roja.
Así lo refiere el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita y cuya historia se encuentra en el Museo de la Revolución en la Frontera, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, el cual recoge las incidencias de esa lucha, incluido este corrido.
“La Adelita fue uno de los corridos más famosos de la revolución, incluso puede decirse que era una suerte de himno para las tripas revolucionarias antes de lanzarse a la lucha”, refiere uno de los textos en las vitrinas y muros del museo.
“Adelita, la mujer de la que habla el corrido no es producto sólo de la imaginación del autor. Según el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita, su nombre era Adela Velarde”, refiere.
Señala que el propio coronel cuenta que siendo Adelita camillera de la Cruz Roja y estando en campaña, sostuvo en sus brazos al sargento Antonio del Río Armenta durante sus últimos minutos de vida y éste alcanzó a recitarle esta estrofa.
“Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver los van a sepultar, Adelita por Dios te los ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”, es la estrofa referida.
Señala que antes de morir, Antonio del Río le dijo a Adelita que en su mochila le dejaba un regalo, era nada menos que el famoso corrido. Adela Velarde se lo dio a los músicos del regimiento y ahí mismo empezaron a tocarlo y cantarlo.
Este corrido sobrevivió con el tiempo y desde entonces, continúa siendo popular. La Adelita real se vio suplantada e incluso rebasada, por otras “adelitas imaginadas”, refiere el texto.
En sus tres estrofas, el corrido refiere que En lo alto de una abrupta serranía/Acampado se encontraba un regimiento/y una moza que valiente lo seguía/locamente enamorada del sargento.
Popular en la tropa era Adelita,/la mujer que el sargento idolatraba/que además de ser valiente era bonita/que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía/aquel que tanto la quería...
Y si Adelita se fuera con otro/la seguiría por tierra y por mar/si por mar en un buque de guerra/si por tierra en un tren militar.
espero t ayude :)
La Adelita, uno de los corridos más entonados durante la Revolución Mexicana y hasta un siglo después de sus inicios, tuvo su inspiración en Adela Velarde, que estuvo en campaña por ser una camillera de la Cruz Roja.
Así lo refiere el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita y cuya historia se encuentra en el Museo de la Revolución en la Frontera, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, el cual recoge las incidencias de esa lucha, incluido este corrido.
“La Adelita fue uno de los corridos más famosos de la revolución, incluso puede decirse que era una suerte de himno para las tripas revolucionarias antes de lanzarse a la lucha”, refiere uno de los textos en las vitrinas y muros del museo.
“Adelita, la mujer de la que habla el corrido no es producto sólo de la imaginación del autor. Según el coronel Alfredo Villegas, el último esposo de Adelita, su nombre era Adela Velarde”, refiere.
Señala que el propio coronel cuenta que siendo Adelita camillera de la Cruz Roja y estando en campaña, sostuvo en sus brazos al sargento Antonio del Río Armenta durante sus últimos minutos de vida y éste alcanzó a recitarle esta estrofa.
“Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver los van a sepultar, Adelita por Dios te los ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”, es la estrofa referida.
Señala que antes de morir, Antonio del Río le dijo a Adelita que en su mochila le dejaba un regalo, era nada menos que el famoso corrido. Adela Velarde se lo dio a los músicos del regimiento y ahí mismo empezaron a tocarlo y cantarlo.
Este corrido sobrevivió con el tiempo y desde entonces, continúa siendo popular. La Adelita real se vio suplantada e incluso rebasada, por otras “adelitas imaginadas”, refiere el texto.
En sus tres estrofas, el corrido refiere que En lo alto de una abrupta serranía/Acampado se encontraba un regimiento/y una moza que valiente lo seguía/locamente enamorada del sargento.
Popular en la tropa era Adelita,/la mujer que el sargento idolatraba/que además de ser valiente era bonita/que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía/aquel que tanto la quería...
Y si Adelita se fuera con otro/la seguiría por tierra y por mar/si por mar en un buque de guerra/si por tierra en un tren militar.