La lectura: La novela tiene un principio, una mitad y un final. Lo que acabo de decir parece una tontería, pero en realidad no lo es, y muchos autores principiantes han fracasado precisamente por no tener en cuenta esta verdad tan simple.
Los seis elementos clave para una novela: Igual que para construir un vestido necesitas tela, tijeras, aguja, hilo, patrones, etc., para construir tu novela no te basta solo con la idea. Para construir una novela que funcione, que no se quede coja, que atrape al lector y lo lleve con interés desde el principio hasta el final, tienes que crear la historia, el argumento, los personajes, el conflicto, los obstáculos y el clímax. Esto es el ABC de la narrativa, aspectos que trabajamos mucho en nuestros cursos de escritura.
La Historia: Es evidente entonces que todo relato tiene una historia, una sucesión de hechos que debemos ir desgranando a lo largo de nuestra novela. A medida que el lector pase las páginas van a ir ocurriendo cosas. Evidentemente, nuestra novela será más interesante cuanto más impactantes, sorprendentes o emotivos sean los hechos que vamos narrando.
El Argumento: El argumento es lo que hace que una historia sea interesante; es esa especie de pegamento especial que va a dar consistencia a todo lo que ocurre. En Caja de Letras tenemos una máxima: Los motivos son importantes. Y eso es el argumento: el motivo por el que ocurren las cosas.
Los Personajes: Es evidente que los personajes son parte clave de una novela. Tienen que ser carismáticos, lograr que el lector empatice con ellos, conseguir llevar sus emociones a la persona que está sentada cómodamente en su sofá. Lograr todo eso no es nada fácil, de hecho, la construcción de personajes suele ser uno de los elementos en los que más tiempo invierto en mis novelas, y desde luego forman parte crucial de la mayoría de los talleres de escritura creativa que impartimos en Factoría.
El Conflicto: Podemos definir el conflicto como la lucha que se plantea entre el protagonista y el antagonista por obtener aquello que desean. Por supuesto, hay diferentes tipos de conflictos, y la definición que acabamos de dar es muy genérica, aunque válida.
Los Obstáculos: En la vida real, las personas buscamos la felicidad. En la ficción también, pero debemos poner obstáculos para que nuestros personajes no encuentren la dicha con facilidad.
El Clímax: Por fin, tras varios cientos de páginas, normalmente, llegamos al momento en el que nuestra historia debe resolverse. Ese conflicto debe zanjarse con un vencedor claro, que no tiene por qué ser el protagonista, dicho sea de paso.
Para terminar: Por supuesto, hay muchas otras cosas que debes tener en cuenta a la hora de escribir una novela: la ambientación, las descripciones, el ritmo, los diálogos y un largo etcétera. Pero todo eso tiene más que ver con la técnica de escritura que con la construcción de una historia solvente. De manera que si quieres enganchar a tus lectores, estos seis elementos clave para una novela nunca pueden faltar en tu obra.
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La lectura: La novela tiene un principio, una mitad y un final. Lo que acabo de decir parece una tontería, pero en realidad no lo es, y muchos autores principiantes han fracasado precisamente por no tener en cuenta esta verdad tan simple.Los seis elementos clave para una novela:
Igual que para construir un vestido necesitas tela, tijeras, aguja, hilo, patrones, etc., para construir tu novela no te basta solo con la idea. Para construir una novela que funcione, que no se quede coja, que atrape al lector y lo lleve con interés desde el principio hasta el final, tienes que crear la historia, el argumento, los personajes, el conflicto, los obstáculos y el clímax. Esto es el ABC de la narrativa, aspectos que trabajamos mucho en nuestros cursos de escritura.
La Historia: Es evidente entonces que todo relato tiene una historia, una sucesión de hechos que debemos ir desgranando a lo largo de nuestra novela. A medida que el lector pase las páginas van a ir ocurriendo cosas. Evidentemente, nuestra novela será más interesante cuanto más impactantes, sorprendentes o emotivos sean los hechos que vamos narrando.
El Argumento: El argumento es lo que hace que una historia sea interesante; es esa especie de pegamento especial que va a dar consistencia a todo lo que ocurre. En Caja de Letras tenemos una máxima: Los motivos son importantes. Y eso es el argumento: el motivo por el que ocurren las cosas.
Los Personajes:
Es evidente que los personajes son parte clave de una novela. Tienen que ser carismáticos, lograr que el lector empatice con ellos, conseguir llevar sus emociones a la persona que está sentada cómodamente en su sofá. Lograr todo eso no es nada fácil, de hecho, la construcción de personajes suele ser uno de los elementos en los que más tiempo invierto en mis novelas, y desde luego forman parte crucial de la mayoría de los talleres de escritura creativa que impartimos en Factoría.
El Conflicto:
Podemos definir el conflicto como la lucha que se plantea entre el protagonista y el antagonista por obtener aquello que desean. Por supuesto, hay diferentes tipos de conflictos, y la definición que acabamos de dar es muy genérica, aunque válida.
Los Obstáculos:
En la vida real, las personas buscamos la felicidad. En la ficción también, pero debemos poner obstáculos para que nuestros personajes no encuentren la dicha con facilidad.
El Clímax:
Por fin, tras varios cientos de páginas, normalmente, llegamos al momento en el que nuestra historia debe resolverse. Ese conflicto debe zanjarse con un vencedor claro, que no tiene por qué ser el protagonista, dicho sea de paso.
Para terminar:
Por supuesto, hay muchas otras cosas que debes tener en cuenta a la hora de escribir una novela: la ambientación, las descripciones, el ritmo, los diálogos y un largo etcétera. Pero todo eso tiene más que ver con la técnica de escritura que con la construcción de una historia solvente. De manera que si quieres enganchar a tus lectores, estos seis elementos clave para una novela nunca pueden faltar en tu obra.