El término liberalismo radical es usado para calificar a alguna idea política como una radicalización de alguna de las diferentes formas de liberalismo. El término no tiene un uso unánime en las ciencias políticas por lo que puede aludir a corrientes que no necesariamente guardan una relación directa entre sí. Liberalismo radical se usa principalmente como:
Otro nombre para el radicalismo.
Otro nombre para el liberalismo económico
caracteristicas
Etimología
La palara radicalismo proviene del latín, del vocablo radix (“raíz”), que hace alusión a los cimientos, las bases, los orígenes o fundamentos de algo. De allí que el radicalismo se refiera a atender los principios mismos, conceptuales o reales, de algo.
Origen histórico
El radicalismo surgió entre el siglo XVIII y XIX, como parte de los movimientos liberales que abogaron por una sociedad de mayores libertades civiles individuales, en lo político, social, moral y religioso.
Inicialmente las posturas radicales eran las de la burguesía de izquierda, cuyos objetivos eran la república liberal, el sufragio universal y la construcción de una sociedad laica en la que la iglesia no detentara poder político.
Para ello, se proponían reformas sociales de fondo, a través de métodos de inspiración jacobina, humanista, agnóstica y democrática, como reforma social, educación laica, etc. A partir del siglo XX, en cambio, sus ánimos reformistas se calmaron y asumió posturas más de centro, que tienden a la socialdemocracia y el progresismo.
Radicalismo latinoamericano
En América Latina el radicalismo tuvo una importante impronta política durante finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, y dio nombre a partidos que defendían la soberanía popular, los derechos civiles y políticos, y que sirvieron para fundamentar los venideros partidos socialistas.
La Unión Cívica Radical de Argentina, por ejemplo, fue fundada en 1891, ha gobernado el país en nueve ocasiones desde entonces y agrupa un conjunto de tendencias políticas (socialdemocracia, federalismo, liberalismo, krausismo) en un solo cuerpo político.
Ideología radical
Un radicalismo de izquierda es, por ejemplo, el comunismo.
Es posible hallar radicalismos de izquierda y de derecha, dado que no están unificados en su posición dentro del espectro político, sino más bien en su mecanismo de reclamo por cambios profundos de la estructura sociopolítica, como pueden ser el cambio del orden social, religioso, científico, etc.
Así, un radicalismo de extrema derecha podría ser el fascismo, mientras que uno de extrema izquierda podría ser el comunismo. Sin embargo, en la actualidad los partidos radicales tienden más a una orientación centrista, como ya se ha dicho, o en todo caso de una izquierda
Liberalismo radical
El liberalismo radical o liberalismo agrario formó parte de las corrientes del liberalismo clásico que asumió las libertades individuales como objetivo primordial. Esta corriente cuestionaba qué formas de poder o coacción social y política deberían recaer sobre las personas.
Casi exclusivamente anglosajón, fue una corriente política muy próxima al socialismo libertario y al republicanismo federal, que eventualmente empezaron a ser considerados anarquistas.
Radicalismo argentino
Raúl Alfonsín fue un presidente
Entre todos los radicalismos latinoamericanos, el argentino es uno de los más conocidos, ya que excede la pertenencia a la UCR (Unión Cívica Radical) y abarca también partidos contemporáneos como Partido GEN, Movimiento de Integración y Desarrollo, Partido Intransigente, ARI, Coalición Cívica, entre otros.
El radicalismo argentino surgió en 1891 a partir del reconocimiento de la herencia política de Leonardo Alem, luchador contra del republicanismo oligárquico y en oposición a los conservadores, aunque posteriormente muchos radicales harían alianzas con éstos o pasarían a formar parte de sus filas.
Sus exponentes más fuertes fueron Balbín y Alfonsín.
Críticas al radicalismo
Comúnmente se le reprochan al radicalismo su movimiento hacia el centro, pues se considera un abandono de sus ideales más –paradójicamente– radicales, por lo que la izquierda unida los suele acusar de mimetizarse con los polos de poder y abandonar muchos de sus ideales de lucha.
Jacobinismo
Históricamente, el radicalismo del siglo XIX era heredero del jacobinismo y éste una consecuencia de la Revolución Francesa. Los jacobinos defendían, en medio de las voces revolucionarias, una postura radical extremista, que pretendía dar un golpe de timón a la sociedad entera, justificando cualquier método por aterrador o violento que fuera en pro de alcanzar la democracia, el laicismo y el centralismo.
El término liberalismo radical es usado para calificar a alguna idea política como una radicalización de alguna de las diferentes formas de liberalismo. El término no tiene un uso unánime en las ciencias políticas por lo que puede aludir a corrientes que no necesariamente guardan una relación directa entre sí. Liberalismo radical se usa principalmente como:
Otro nombre para el radicalismo.
Otro nombre para el liberalismo económico
caracteristicas
Etimología
La palara radicalismo proviene del latín, del vocablo radix (“raíz”), que hace alusión a los cimientos, las bases, los orígenes o fundamentos de algo. De allí que el radicalismo se refiera a atender los principios mismos, conceptuales o reales, de algo.
Origen histórico
El radicalismo surgió entre el siglo XVIII y XIX, como parte de los movimientos liberales que abogaron por una sociedad de mayores libertades civiles individuales, en lo político, social, moral y religioso.
Inicialmente las posturas radicales eran las de la burguesía de izquierda, cuyos objetivos eran la república liberal, el sufragio universal y la construcción de una sociedad laica en la que la iglesia no detentara poder político.
Para ello, se proponían reformas sociales de fondo, a través de métodos de inspiración jacobina, humanista, agnóstica y democrática, como reforma social, educación laica, etc. A partir del siglo XX, en cambio, sus ánimos reformistas se calmaron y asumió posturas más de centro, que tienden a la socialdemocracia y el progresismo.
Radicalismo latinoamericano
En América Latina el radicalismo tuvo una importante impronta política durante finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, y dio nombre a partidos que defendían la soberanía popular, los derechos civiles y políticos, y que sirvieron para fundamentar los venideros partidos socialistas.
La Unión Cívica Radical de Argentina, por ejemplo, fue fundada en 1891, ha gobernado el país en nueve ocasiones desde entonces y agrupa un conjunto de tendencias políticas (socialdemocracia, federalismo, liberalismo, krausismo) en un solo cuerpo político.
Ideología radical
Un radicalismo de izquierda es, por ejemplo, el comunismo.
Es posible hallar radicalismos de izquierda y de derecha, dado que no están unificados en su posición dentro del espectro político, sino más bien en su mecanismo de reclamo por cambios profundos de la estructura sociopolítica, como pueden ser el cambio del orden social, religioso, científico, etc.
Así, un radicalismo de extrema derecha podría ser el fascismo, mientras que uno de extrema izquierda podría ser el comunismo. Sin embargo, en la actualidad los partidos radicales tienden más a una orientación centrista, como ya se ha dicho, o en todo caso de una izquierda
Liberalismo radical
El liberalismo radical o liberalismo agrario formó parte de las corrientes del liberalismo clásico que asumió las libertades individuales como objetivo primordial. Esta corriente cuestionaba qué formas de poder o coacción social y política deberían recaer sobre las personas.
Casi exclusivamente anglosajón, fue una corriente política muy próxima al socialismo libertario y al republicanismo federal, que eventualmente empezaron a ser considerados anarquistas.
Radicalismo argentino
Raúl Alfonsín fue un presidente
Entre todos los radicalismos latinoamericanos, el argentino es uno de los más conocidos, ya que excede la pertenencia a la UCR (Unión Cívica Radical) y abarca también partidos contemporáneos como Partido GEN, Movimiento de Integración y Desarrollo, Partido Intransigente, ARI, Coalición Cívica, entre otros.
El radicalismo argentino surgió en 1891 a partir del reconocimiento de la herencia política de Leonardo Alem, luchador contra del republicanismo oligárquico y en oposición a los conservadores, aunque posteriormente muchos radicales harían alianzas con éstos o pasarían a formar parte de sus filas.
Sus exponentes más fuertes fueron Balbín y Alfonsín.
Críticas al radicalismo
Comúnmente se le reprochan al radicalismo su movimiento hacia el centro, pues se considera un abandono de sus ideales más –paradójicamente– radicales, por lo que la izquierda unida los suele acusar de mimetizarse con los polos de poder y abandonar muchos de sus ideales de lucha.
Jacobinismo
Históricamente, el radicalismo del siglo XIX era heredero del jacobinismo y éste una consecuencia de la Revolución Francesa. Los jacobinos defendían, en medio de las voces revolucionarias, una postura radical extremista, que pretendía dar un golpe de timón a la sociedad entera, justificando cualquier método por aterrador o violento que fuera en pro de alcanzar la democracia, el laicismo y el centralismo.