Las medidas significativas del plasma son la temperatura de los electrones y las emisiones de partículas aceleradas en el espectro visible y ultravioleta.
Sobre todo, la alta temperatura de los electrones y la baja temperatura de los iones hacen posible que también plásticos termosensibles se pueden someter a un tratamiento con plasma atmosférico sin que sean dañados.
Las emisiones de luz (emisión óptica) de un plasma débil* se pueden observar por la espectroscopia de emisión óptica (OES). Las bandas de emisión de las especies químicas en el plasma se transmiten por fibra óptica en el espectro visible, y en particular ultravioleta, de la electrónica de evaluación, que a continuación se analizan con un software especial. Los componentes para control de proceso de las instalaciones de plasma se basan en el concepto de control óptico. Esto proporciona la calidad constante durante el completo tratamiento con plasma.
* Plasma débil: la transición del plasma a su estado normal. Con esto, la energía de excitación, aportada previamente, se emite al medio ambiente en forma de luz.
Las medidas significativas del plasma son la temperatura de los electrones y las emisiones de partículas aceleradas en el espectro visible y ultravioleta.
Sobre todo, la alta temperatura de los electrones y la baja temperatura de los iones hacen posible que también plásticos termosensibles se pueden someter a un tratamiento con plasma atmosférico sin que sean dañados.
Las emisiones de luz (emisión óptica) de un plasma débil* se pueden observar por la espectroscopia de emisión óptica (OES). Las bandas de emisión de las especies químicas en el plasma se transmiten por fibra óptica en el espectro visible, y en particular ultravioleta, de la electrónica de evaluación, que a continuación se analizan con un software especial. Los componentes para control de proceso de las instalaciones de plasma se basan en el concepto de control óptico. Esto proporciona la calidad constante durante el completo tratamiento con plasma.
* Plasma débil: la transición del plasma a su estado normal. Con esto, la energía de excitación, aportada previamente, se emite al medio ambiente en forma de luz.