La Constitución establece que la soberanía reside en la Nación y ya no en el rey, que se titula "rey de los franceses". Proclama la libertad de pensamiento y de prensa, y la libertad religiosa. Suprime la nobleza y las distinciones hereditarias, las órdenes de caballería, las corporaciones y gremios, y establece el libre acceso a los oficios y funciones que hasta ahora se reservaban a la nobleza o se heredaban. El mantenimiento de los lugares de culto pasa a depender del Estado que remunerará a los religiosos.[2]
Garantiza la inviolabilidad de la propiedad privada. Crea un servicio de instrucción pública para proveer a los ciudadanos con una educación básica libre y gratuita. Crea también un establecimiento público de beneficencia para encargarse de los niños huérfanos y cuidar de las personas con discapacidad.[2]
Aceptación de la Constitución de 1791 (autoría desconocida, siglo XVIII).
Proclamación de la Constitución en la plaza del mercado de los Inocentes, 14 de septiembre de 1791, (Museo de la Revolución francesa).
Instaura la división de los poderes ejecutivos, legislativos y jurídicos.
La elaboración de las leyes correspondía a una Asamblea Nacional Legislativa. Votaba las leyes, los impuestos y declaraba la guerra, con aprobación del rey.
El poder ejecutivo quedaba en manos de la monarquía, el rey tiene el poder de nombrar y destituir a los ministros.
El poder judicial se otorgaba a unos tribunales independientes.
Explicación:
Constitución de 1791.
La Constitución establece que la soberanía reside en la Nación y ya no en el rey, que se titula "rey de los franceses". Proclama la libertad de pensamiento y de prensa, y la libertad religiosa. Suprime la nobleza y las distinciones hereditarias, las órdenes de caballería, las corporaciones y gremios, y establece el libre acceso a los oficios y funciones que hasta ahora se reservaban a la nobleza o se heredaban. El mantenimiento de los lugares de culto pasa a depender del Estado que remunerará a los religiosos.[2]
Garantiza la inviolabilidad de la propiedad privada. Crea un servicio de instrucción pública para proveer a los ciudadanos con una educación básica libre y gratuita. Crea también un establecimiento público de beneficencia para encargarse de los niños huérfanos y cuidar de las personas con discapacidad.[2]
Aceptación de la Constitución de 1791 (autoría desconocida, siglo XVIII).
Proclamación de la Constitución en la plaza del mercado de los Inocentes, 14 de septiembre de 1791, (Museo de la Revolución francesa).
Instaura la división de los poderes ejecutivos, legislativos y jurídicos.
La elaboración de las leyes correspondía a una Asamblea Nacional Legislativa. Votaba las leyes, los impuestos y declaraba la guerra, con aprobación del rey.
El poder ejecutivo quedaba en manos de la monarquía, el rey tiene el poder de nombrar y destituir a los ministros.
El poder judicial se otorgaba a unos tribunales independientes.