La cultura Chavín nunca estuvo aislada ni solitaria. Se sabe más bien que tuvo contacto con otras culturas que ocuparon diversas zonas, a veces muy lejanas. Esto llevó a Julio C. Tello a decir que la cultura Chavín fue la cuna de la civilización peruana y matriz de la cual se derivaron las demás culturas en nuestro país. Sin embargo, investigaciones posteriores indicaron que la cultura Chavín no fue la cuna pero sí uno de los puntos más importantes de nuestra civilización ya que tuvo que ver con casi todas las culturas posteriores.
La cultura Chavín tuvo contactos manifiestos con una tradición religiosa asentada en la parte norte de la costa y de la sierra de nuestro país. En excavaciones recientes auspiciadas por el Museo de la Nación se demostró fehacientemente esta relación al encontrarse en las lomas aledañas de Puémape cerámica de la cultura Chavín junto con la cultura Cupisnique.
También es notable que esta cultura compartiera símbolos con la gente que vivió en la sierra de Cajamarca, específicamente en Huacaloma, Pacopampa y Kunturwasi. En estos lugares la influencia de la cultura Chavín se reconoce además en la arquitectura y en las tallas de piedra.
La presencia de los Chavín también se destaca en la selva alta, tal como se puede apreciar en la cerámica de Bagua, departamento de Amazonas.
En la costa central del departamento de Lima se tiene referencia de estos contactos, sobre todo en el manejo del espacio arquitectónico en Cardal (Valle de Lurín) y en Garagay (Valle del Rímac). A la usanza de los Chavín se encuentran plazas hundidas, tanto circulares como rectangulares, y la planta en U.
Es notable la semejanza de algunos atributos en la iconografía. En el templo de Garagay, por ejemplo, se puede apreciar frisos policromados que muestran un rostro mítico felino de boca retraída con colmillos. Esta representación es semejante a los dioses del panteón de la cultura Chavín registrados en las cerámicas de la Galería de las Ofrendas.
Más hacia el sur se encontraron evidencias de tiestos que podrían ser de la cultura Chavín ya que eran de color oscuro y con diseños incisos felinos. Están además los textiles hallados en Carhua (Karwa) pintados con diseños de la cultura Chavín, tejidos que tienen notable parecido con los diseños de la cerámica hallada en el mismo templo.
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La cultura Chavín nunca estuvo aislada ni solitaria. Se sabe más bien que tuvo contacto con otras culturas que ocuparon diversas zonas, a veces muy lejanas. Esto llevó a Julio C. Tello a decir que la cultura Chavín fue la cuna de la civilización peruana y matriz de la cual se derivaron las demás culturas en nuestro país. Sin embargo, investigaciones posteriores indicaron que la cultura Chavín no fue la cuna pero sí uno de los puntos más importantes de nuestra civilización ya que tuvo que ver con casi todas las culturas posteriores.
La cultura Chavín tuvo contactos manifiestos con una tradición religiosa asentada en la parte norte de la costa y de la sierra de nuestro país. En excavaciones recientes auspiciadas por el Museo de la Nación se demostró fehacientemente esta relación al encontrarse en las lomas aledañas de Puémape cerámica de la cultura Chavín junto con la cultura Cupisnique.
También es notable que esta cultura compartiera símbolos con la gente que vivió en la sierra de Cajamarca, específicamente en Huacaloma, Pacopampa y Kunturwasi. En estos lugares la influencia de la cultura Chavín se reconoce además en la arquitectura y en las tallas de piedra.
La presencia de los Chavín también se destaca en la selva alta, tal como se puede apreciar en la cerámica de Bagua, departamento de Amazonas.
En la costa central del departamento de Lima se tiene referencia de estos contactos, sobre todo en el manejo del espacio arquitectónico en Cardal (Valle de Lurín) y en Garagay (Valle del Rímac). A la usanza de los Chavín se encuentran plazas hundidas, tanto circulares como rectangulares, y la planta en U.
Es notable la semejanza de algunos atributos en la iconografía. En el templo de Garagay, por ejemplo, se puede apreciar frisos policromados que muestran un rostro mítico felino de boca retraída con colmillos. Esta representación es semejante a los dioses del panteón de la cultura Chavín registrados en las cerámicas de la Galería de las Ofrendas.
Más hacia el sur se encontraron evidencias de tiestos que podrían ser de la cultura Chavín ya que eran de color oscuro y con diseños incisos felinos. Están además los textiles hallados en Carhua (Karwa) pintados con diseños de la cultura Chavín, tejidos que tienen notable parecido con los diseños de la cerámica hallada en el mismo templo.