En Talambo, un pueblito de la costa, vivía el brujo Mollep, al que todos llamaban El Piojoso.
Su aspecto era feroz ya que tenía unos colmillos enormes que asustaban a la gente. Pero en lugar de tenerle, el pueblo vivía feliz con la presencia de Mollep, ya que según cuenta la leyenda su cuerpo recubierto de piojos daba origen a la riqueza del valle.
Envuelto en una manta cuajada de miles de piojos, Mollep andaba murmurando:
– Tengo frío, tengo frío.
Los insectos provocaban muecas de asco y rechazo en la gente, pero él los protegía diciendo:
Respuesta:
María Rostworowski
En Talambo, un pueblito de la costa, vivía el brujo Mollep, al que todos llamaban El Piojoso.
Su aspecto era feroz ya que tenía unos colmillos enormes que asustaban a la gente. Pero en lugar de tenerle, el pueblo vivía feliz con la presencia de Mollep, ya que según cuenta la leyenda su cuerpo recubierto de piojos daba origen a la riqueza del valle.
Envuelto en una manta cuajada de miles de piojos, Mollep andaba murmurando:
– Tengo frío, tengo frío.
Los insectos provocaban muecas de asco y rechazo en la gente, pero él los protegía diciendo:
– Son mis hijos, no los toquen.
Explicación:
dame emjor respuesta