Colombia no sería muy distinta si Panamá fuese un departamento más de nuestra abigarrada geografía. Probablemente nuestro ingreso por habitante sería un poco mayor. Tendríamos mejores puertos. Y más comercio con el mundo. Y una distribución más racional de la producción: muchas empresas se habrían ubicado en Colón o en Ciudad de Panamá o en la misma Cartagena: más cerca del mundo y menos cerca de las estrellas. Pero eso es todo. Nuestro escudo sería consecuente con nuestra geografía. Pero no con nuestra economía: la riqueza representada por el cuerno rebosado de monedas de oro y plata seguiría siendo una ironía. Un sueño de abundancia en medio de la carencia.
Colombia no sería muy distinta si Panamá fuese un departamento más de nuestra abigarrada geografía. Probablemente nuestro ingreso por habitante sería un poco mayor. Tendríamos mejores puertos. Y más comercio con el mundo. Y una distribución más racional de la producción: muchas empresas se habrían ubicado en Colón o en Ciudad de Panamá o en la misma Cartagena: más cerca del mundo y menos cerca de las estrellas. Pero eso es todo. Nuestro escudo sería consecuente con nuestra geografía. Pero no con nuestra economía: la riqueza representada por el cuerno rebosado de monedas de oro y plata seguiría siendo una ironía. Un sueño de abundancia en medio de la carencia.