1. Consumir productos locales es beneficioso para la economía local. Un euro gastado en productos cercanos genera el doble para la economía local.
2. Los productos locales son más frescos. Los productos transportados largas distancias pueden llegar a estar semanas en congeladores. Sin embargo, al comprar local estamos obteniendo un alimento cosechado en el momento óptimo de maduración y poco antes de ser comprado, lo que significa que los alimentos tienen más nutrientes.
3. La comida local sabe mejor. Un producto recolectado ayer tiene mucho más sabor y propiedades nutricionales que uno recolectado hace semanas y que ha sido mantenido artificialmente en cámaras.
4. Tardan más en estropearse. Los productos recolectados tradicionalmente cerca de tu casa, son recién cosechados, tienen menos productos para conservarlos y te duran más tiempo al ser recién cosechados.
5. Comer de esta forma reduce emisiones de gases contaminantes. El transporte de los productos de lugares lejanos provocan elevadas emisiones de CO2, contribuyendo al cambio climático, haciéndolo insostenible.
6. Comemos productos de temporada. Al consumir productos locales automáticamente comemos productos adaptados a cada temporada. Además los productos de temporada son más baratos. Es fácil olvidar que muchos productos no se pueden cultivar durante todo el año. Comprar directamente a los productores te pone en contacto con las estaciones del año aprendiendo a diferenciar cuándo es el mejor momento para consumir cada producto.
7. Apoyar el mercado de agricultores La compra en el mercado local de agricultores, aunque sea muy pequeña, ayuda a los agricultores locales y los pequeños productores a sobrevivir y prosperar.
8. Reducir el embalaje. Aprovechamos para reutlizar bolsas, cajas, llevar el carro de la compra, etc. para transportar nuestra compra y no malgastar bolsas plásticas o embalajes innecesarios, como pasa en las grandes superficies donde muchos productos frescos ya están embasados. Esto supone una gran diferencia.
9. Conoce de dónde vienen tus alimentos. Siempre es más reconfortante sentarte a comer sabiendo de dónde proceden los productos. El agricultor te puede decir todo sobre el producto: los cultivos y las variedades que producen, prácticas empleadas, etc.
10. La comida local es variada. En muchas ocasiones son los pequeños agricultores los que mantienen vivas algunas variedades de frutas y hortalizas, y esto se debe también a la policultura que conlleva la agroecología. Además llevar una dieta variada es muy beneficioso y nos ayuda a mantener una buena salud.
11. Impides oligopolios. El 80 % de los productos que se distribuyen en España lo controlan 5 empresas las cuales hacen y deshacen en cuanto a precios finales y en cuánto se produce y cómo. Apoyar a los pequeños productores sirve para luchar contra este oligopolio y ejercer nuestro derecho a una soberanía alimentaria.
12. Comprando a los productores locales apoyas el desarrollo sostenible. Con ingresos, los agricultores permanecerán y utilizarán las tierras para producir alimentos. Aprovechando las tierras y comprando a proveedores locales que dan trabajo a otras familias. A medida que crecen se tendrá que emplear a más gente local. Ellos también van a comprar a proveedores locales y aumentar aún más el valor de su euro localmente gastado. En definitiva: ayudamos a preservar e incluso crear empleo sostenible en nuestro entorno.
13. Los mejores ingredientes y al mejor precio La compra directa ofrece una buena relación calidad-precio. Compras alimentos de calidad, producidos con respeto y artesanalmente y a pequeña escala a un precio digno para el productor y justo para el consumidor.
14. Reducir los desperdicios – no sólo los tuyos, sino los del agricultor también. Por estética, una parte de los alimentos producidos para los supermercados se rechaza porque no tienen el tamaño, color o forma adecuados. Los productores locales ofrecen la mejor calidad, e incluirán formas grandes y pequeñas e irregulares, porque así es como la naturaleza hace las cosas.
15. Conservación del paisaje. La agricultura ecológica promueve la conservación y respeto de las variedades autóctonas, lo que va contribuir muy positivamente en la creación y mantenimiento de paisajes variados y en equilibrio.
1. Consumir productos locales es beneficioso para la economía local. Un euro gastado en productos cercanos genera el doble para la economía local.
2. Los productos locales son más frescos. Los productos transportados largas distancias pueden llegar a estar semanas en congeladores. Sin embargo, al comprar local estamos obteniendo un alimento cosechado en el momento óptimo de maduración y poco antes de ser comprado, lo que significa que los alimentos tienen más nutrientes.
3. La comida local sabe mejor. Un producto recolectado ayer tiene mucho más sabor y propiedades nutricionales que uno recolectado hace semanas y que ha sido mantenido artificialmente en cámaras.
4. Tardan más en estropearse. Los productos recolectados tradicionalmente cerca de tu casa, son recién cosechados, tienen menos productos para conservarlos y te duran más tiempo al ser recién cosechados.
5. Comer de esta forma reduce emisiones de gases contaminantes. El transporte de los productos de lugares lejanos provocan elevadas emisiones de CO2, contribuyendo al cambio climático, haciéndolo insostenible.
6. Comemos productos de temporada. Al consumir productos locales automáticamente comemos productos adaptados a cada temporada. Además los productos de temporada son más baratos. Es fácil olvidar que muchos productos no se pueden cultivar durante todo el año. Comprar directamente a los productores te pone en contacto con las estaciones del año aprendiendo a diferenciar cuándo es el mejor momento para consumir cada producto.
7. Apoyar el mercado de agricultores La compra en el mercado local de agricultores, aunque sea muy pequeña, ayuda a los agricultores locales y los pequeños productores a sobrevivir y prosperar.
8. Reducir el embalaje. Aprovechamos para reutlizar bolsas, cajas, llevar el carro de la compra, etc. para transportar nuestra compra y no malgastar bolsas plásticas o embalajes innecesarios, como pasa en las grandes superficies donde muchos productos frescos ya están embasados. Esto supone una gran diferencia.
9. Conoce de dónde vienen tus alimentos. Siempre es más reconfortante sentarte a comer sabiendo de dónde proceden los productos. El agricultor te puede decir todo sobre el producto: los cultivos y las variedades que producen, prácticas empleadas, etc.
10. La comida local es variada. En muchas ocasiones son los pequeños agricultores los que mantienen vivas algunas variedades de frutas y hortalizas, y esto se debe también a la policultura que conlleva la agroecología. Además llevar una dieta variada es muy beneficioso y nos ayuda a mantener una buena salud.
11. Impides oligopolios. El 80 % de los productos que se distribuyen en España lo controlan 5 empresas las cuales hacen y deshacen en cuanto a precios finales y en cuánto se produce y cómo. Apoyar a los pequeños productores sirve para luchar contra este oligopolio y ejercer nuestro derecho a una soberanía alimentaria.
12. Comprando a los productores locales apoyas el desarrollo sostenible. Con ingresos, los agricultores permanecerán y utilizarán las tierras para producir alimentos. Aprovechando las tierras y comprando a proveedores locales que dan trabajo a otras familias. A medida que crecen se tendrá que emplear a más gente local. Ellos también van a comprar a proveedores locales y aumentar aún más el valor de su euro localmente gastado. En definitiva: ayudamos a preservar e incluso crear empleo sostenible en nuestro entorno.
13. Los mejores ingredientes y al mejor precio La compra directa ofrece una buena relación calidad-precio. Compras alimentos de calidad, producidos con respeto y artesanalmente y a pequeña escala a un precio digno para el productor y justo para el consumidor.
14. Reducir los desperdicios – no sólo los tuyos, sino los del agricultor también. Por estética, una parte de los alimentos producidos para los supermercados se rechaza porque no tienen el tamaño, color o forma adecuados. Los productores locales ofrecen la mejor calidad, e incluirán formas grandes y pequeñas e irregulares, porque así es como la naturaleza hace las cosas.
15. Conservación del paisaje. La agricultura ecológica promueve la conservación y respeto de las variedades autóctonas, lo que va contribuir muy positivamente en la creación y mantenimiento de paisajes variados y en equilibrio.