Qué arcaísmos puedes identificar en el romance de la hija del rey de Francia?
shalala14 De Francia partió la niña, de Francia la bien guarnida: íbase para París, do padre y madre tenía. Errado lleva el camino, errada lleva la guía: arrimárase a un roble por esperar compañía.Vio venir un caballero que a París lleva la guía. La niña desque lo vido de esta suerte le decía: Si te place, caballero, llévesme en tu compañía. —Pláceme, dijo, señora, pláceme, dijo, mi vida.—Apeóse del caballo por hacelle cortesía; puso la niña en las ancas y él subiérase en la silla. En medio él del camino de amores la requería. La niña desque lo oyera díjole con osadía:—Tate, tate, caballero, no hagáis tal villanía: hija soy de un malato y de una malatía; el hombre que a mí llegase malato se tornaría.— El caballero con temor palabra no respondía.A la entrada de París la niña se sonreía. —¿De qué vos reís, señora? ¿de qué vos reís, mi vida? —Ríome del caballero, y de su gran cobardía, ¡tener la niña en el campo y catarle cortesía!—Caballero con vergüenza estas palabras decía: —Vuelta, vuelta, mi señora, que una cosa se me olvida.— La niña como discreta dijo: —Yo no volvería, ni persona, aunque volviese, en mi cuerpo tocaría: hija soy del rey de Francia y de la reina Constantina, el hombre que a mí llegase muy caro le costaría.♥
De Francia partió la niña,
de Francia la bien guarnida:
íbase para París,
do padre y madre tenía.
Errado lleva el camino,
errada lleva la guía:
arrimárase a un roble
por esperar compañía.Vio venir un caballero
que a París lleva la guía.
La niña desque lo vido
de esta suerte le decía:
Si te place, caballero,
llévesme en tu compañía.
—Pláceme, dijo, señora,
pláceme, dijo, mi vida.—Apeóse del caballo
por hacelle cortesía;
puso la niña en las ancas
y él subiérase en la silla.
En medio él del camino
de amores la requería.
La niña desque lo oyera
díjole con osadía: —Tate, tate, caballero,
no hagáis tal villanía:
hija soy de un malato
y de una malatía;
el hombre que a mí llegase
malato se tornaría.—
El caballero con temor
palabra no respondía.A la entrada de París
la niña se sonreía.
—¿De qué vos reís, señora?
¿de qué vos reís, mi vida?
—Ríome del caballero,
y de su gran cobardía,
¡tener la niña en el campo
y catarle cortesía!—Caballero con vergüenza
estas palabras decía:
—Vuelta, vuelta, mi señora,
que una cosa se me olvida.—
La niña como discreta
dijo: —Yo no volvería,
ni persona, aunque volviese,
en mi cuerpo tocaría:
hija soy del rey de Francia
y de la reina Constantina,
el hombre que a mí llegase
muy caro le costaría.♥