Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, las fuerzas represivas del Estado se dirigen a la Universidad donde trabajo para “cautelar” el orden de quienes deciden marchar contra “los abortos clandestinos”. Todavía no ganamos la batalla de ser dueñas absolutas del cuerpo que poseemos. Por eso hoy día, como cada 8 de marzo, hay que conmemorar y reflexionar, no recibir la flor que nos regala un patriarcado y que está asociada a: la oposición entre razón y emoción, que supone la fragilidad y que termina marchitándose cuando deja de ser joven y lozana.
Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, las fuerzas represivas del Estado se dirigen a la Universidad donde trabajo para “cautelar” el orden de quienes deciden marchar contra “los abortos clandestinos”. Todavía no ganamos la batalla de ser dueñas absolutas del cuerpo que poseemos. Por eso hoy día, como cada 8 de marzo, hay que conmemorar y reflexionar, no recibir la flor que nos regala un patriarcado y que está asociada a: la oposición entre razón y emoción, que supone la fragilidad y que termina marchitándose cuando deja de ser joven y lozana.
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espero aberte ayudafo